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Esencialmente podemos dividir la pesca en dos grandes bloques: la pesca profesional y la pesca recreativa. La primera está directamente vinculada a la comercialización de las capturas, la segunda, es la pesca amateur que se practica principalmente por placer o deporte y donde la venta de las capturas está prohibida. Cabe decir que, a pesar de haber una conciencia generalizada sobre un mayor impacto de la pesca profesional hacia los recursos y los ecosistemas, se ha demostrado que la pesca recreativa ejerce también una presión nada despreciable.
La pesca profesional (> Link) se divide en los siguientes dos grandes tipos:
La pesca artesanal: es una pesca costera, a pequeña escala y que se realiza con pequeñas embarcaciones. Usan artes tradicionales de dimensiones más bien reducidas y a menudo más selectivas que las que utiliza la pesca industrial, disminuyendo así el volumen de descartes. Algunos de los artes más utilizados actualmente en el Mediterráneo son: las redes de enmalle (como el trasmallo), el palangre o la nasa para pulpo de roca. Según los estudios realizados, es la pesca que puede ser más sostenible, no sólo desde el punto de vista social (porque en proporción a la pesca industrial general más puestos de trabajo) sino también desde el punto de vista ambiental (porque genera menos descartes que la pesca industrial, no realiza capturas tan grandes como la pesca industrial, no afecta tanto los fondos marinos i gasta menos combustible (y por tanto con menos emisiones de CO2). Aun así, hay que estudiar y gestionar bien sus impactos, derivados de una pesca a menudo selectiva, que selecciona especies vulnerables y grandes reproductores (los de mayor calidad), un fenómeno que también ocurre en algunas modalidades de pesca recreativa.
Fotos: Pescadores artesanales
La pesca industrial: es la pesca a media-gran escala realizada por embarcaciones de dimensiones variables, pero en general más grandes que las de la pesca artesanal. Destacan principalmente la pesca de arrastre y la pesca de cerco. El primero es un método de pesca que se hace arrastrando una red de pesca a través del fondo del mar y se divide entre el arrastre sobre el fondo marino y el arrastre en la zona por encima de la del fondo. Si se realiza a profundidades medias, captura peces pelágicos como la anchoa, el atún y la caballa, en cambio, si se arrastra sobre el fondo marino, suele capturar especies como el bacalao, calamares, gambas y peces de roca. El volumen de descartes y el impacto que genera sobre los fondos suele ser muy importante. El segundo, es un arte de pesca que se realiza de noche y consiste en situar una barca pequeña con un foco en el agua que atrae a los peces y, con un barco mucho más grande con la ayuda de una red, rodea la más pequeña y por tanto captura los peces que, atraídos por la luz del foco, van hacia el trampa. Dentro de esta modalidad y a mayor escala encontramos la pesca del atún rojo, realizada eminentemente por grandes embarcaciones de cerco que procesan las capturas dentro de la misma embarcación.