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La médula espinal. Entre sus funciones encontramos el control de movimientos inmediatos y vegetativos, como el acto reflejo. Los movimientos involuntarios o actos reflejos (toser, estornudar, retirar la mano de algo caliente, etc.) involucran a la médula espinal.
La mayoría de las veces, decidimos si queremos andar, pararnos, girar a la derecha, sentarnos a comer, dormir o jugar. Sin embargo, en otros momentos, parece que nuestro cuerpo decide por nosotros y reaccionamos muy Rápidamente ante determinadas situaciones. Por ejemplo, si el agua o los fogones de la cocina están muy calientes, retiramos la mano instantáneamente. Es como si alguien hubiese tomado la decisión por nosotros, antes de que hubiésemos tenido tiempo de pensar qué hacer. En realidad, nosotros mismos lo hemos hecho, pero la diferencia con el resto de actos de nuestra vida Cotidiana, aquellos en los que pensamos de forma consciente, es que en estas Ocasiones la respuesta no la elabora la parte consciente de nuestro cerebro. Los reflejos más conocidos son producidos a partir de órdenes en la médula espinal, que es el cordón de nervios que recorre el interior de la médula espinal. Este mecanismo de respuesta está formado por una serie de elementos que se denominan, en conjunto, el arco reflejo. Y generan, como Respuesta, una acción que comúnmente llamamos acto reflejo (no confundir el arco, que es el mecanismo neuronal, con el acto, que es la respuesta motora resultante de este mecanismo). Por otra parte, nuestro cerebro también es capaz de generar actos reflejos.
LA INTELIGENCIA DE LA MÉDULA ESPINAL. El arco reflejo es el conjunto de neuronas y órganos que se encargan de queseamos capaces de retirar la mano ante un estímulo doloroso, como el calor o el frío, o cerrar los ojos ante una luz cegadora. En muchos casos, quien decide qué respuesta es la adecuada ante estas situaciones ES LA MÉDULA ESPINAL. La Secuencia de acontecimientos, que es rapidísima, se da más o menos a través de los siguientes pasos:
Un receptor recibe un estímulo: puede ser la epidermis de la mano al contacto con el calor o el frío; o una célula receptora de la retina del ojo, que capta un exceso de luz; o un golpe con un martillo en la rodilla cuando estás sentado sobre una mesa alta, con la pierna relajada por encima del suelo (esto seguro que el médico te lo ha hecho alguna vez). Una neurona sensitiva capta esta información y lleva el mensaje a la médula espinal, en la columna vertebral. Una neurona de asociación o interneurona, en la médula, capta esta información y la pasa a una neurona motora. Una neurona motora lleva el impulso nervioso desde la médula al órgano efector. El órgano efector es el encargado de producir una respuesta concreta, es decir, en el caso de la piel en contacto con calor o frío el órgano efector será el músculo encargado de retirar la mano de la fuente del dolor; en el caso de la retina en contacto con una luz muy fuerte, el órgano efector será el músculo encargado de hacer que la pupila se contraiga; y en el caso del golpecito con el martillo en la rodilla será el músculo que hace que tu pie se mueva hacia delante, como si estuviese dando una patada al aire. Lo sorprendente de este proceso es que no es el cerebro quien toma la decisión, si no la médula espinal. Naturalmente el cerebro también es informado de lo que ha sucedido, pero “a posterior”.
La mayoría de las veces, decidimos si queremos andar, pararnos, girar a la derecha, sentarnos a comer, dormir o jugar. Sin embargo, en otros momentos, parece que nuestro cuerpo decide por nosotros y reaccionamos muy Rápidamente ante determinadas situaciones. Por ejemplo, si el agua o los fogones de la cocina están muy calientes, retiramos la mano instantáneamente. Es como si alguien hubiese tomado la decisión por nosotros, antes de que hubiésemos tenido tiempo de pensar qué hacer. En realidad, nosotros mismos lo hemos hecho, pero la diferencia con el resto de actos de nuestra vida Cotidiana, aquellos en los que pensamos de forma consciente, es que en estas Ocasiones la respuesta no la elabora la parte consciente de nuestro cerebro. Los reflejos más conocidos son producidos a partir de órdenes en la médula espinal, que es el cordón de nervios que recorre el interior de la médula espinal. Este mecanismo de respuesta está formado por una serie de elementos que se denominan, en conjunto, el arco reflejo. Y generan, como Respuesta, una acción que comúnmente llamamos acto reflejo (no confundir el arco, que es el mecanismo neuronal, con el acto, que es la respuesta motora resultante de este mecanismo). Por otra parte, nuestro cerebro también es capaz de generar actos reflejos.
LA INTELIGENCIA DE LA MÉDULA ESPINAL. El arco reflejo es el conjunto de neuronas y órganos que se encargan de queseamos capaces de retirar la mano ante un estímulo doloroso, como el calor o el frío, o cerrar los ojos ante una luz cegadora. En muchos casos, quien decide qué respuesta es la adecuada ante estas situaciones ES LA MÉDULA ESPINAL. La Secuencia de acontecimientos, que es rapidísima, se da más o menos a través de los siguientes pasos:
Un receptor recibe un estímulo: puede ser la epidermis de la mano al contacto con el calor o el frío; o una célula receptora de la retina del ojo, que capta un exceso de luz; o un golpe con un martillo en la rodilla cuando estás sentado sobre una mesa alta, con la pierna relajada por encima del suelo (esto seguro que el médico te lo ha hecho alguna vez). Una neurona sensitiva capta esta información y lleva el mensaje a la médula espinal, en la columna vertebral. Una neurona de asociación o interneurona, en la médula, capta esta información y la pasa a una neurona motora. Una neurona motora lleva el impulso nervioso desde la médula al órgano efector. El órgano efector es el encargado de producir una respuesta concreta, es decir, en el caso de la piel en contacto con calor o frío el órgano efector será el músculo encargado de retirar la mano de la fuente del dolor; en el caso de la retina en contacto con una luz muy fuerte, el órgano efector será el músculo encargado de hacer que la pupila se contraiga; y en el caso del golpecito con el martillo en la rodilla será el músculo que hace que tu pie se mueva hacia delante, como si estuviese dando una patada al aire. Lo sorprendente de este proceso es que no es el cerebro quien toma la decisión, si no la médula espinal. Naturalmente el cerebro también es informado de lo que ha sucedido, pero “a posterior”.
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