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Las náuseas aparecen por lo general hacia la tercera semana y rara vez se prolongan más allá del cuarto mes. Sobrevienen con frecuencia en ayunas y desaparecen después del desayuno, pero persisten durante la mañana o incluso a lo largo del día.
Dolor y acidez estomacal: El embarazo acarrea cierta pereza de todos los músculos del aparato digestivo, lo que para algunas mujeres provoca pesadez después de las comidas, la sensación de acidez, dolor y ardor gástrico. Trata de no ingerir alimentos ácidos o difíciles de digerir, o aquellos demasiado grasos. De preferencia haz varias comidas de pequeñas cantidades.
Estreñimiento: Es muy frecuente en el transcurso del embarazo, incluso en mujeres que nunca antes lo han padecido. Se debe también a esa pereza del intestino de la que se habló anteriormente. Conviene realizar ejercicio frecuente de muy bajo impacto como caminar para combatirlo (sin que te excedas, sobre todo si no practicabas alguna actividad física antes), así como vigilar tu alimentación. Una dieta rica en frutas (papaya, ciruela pasa, uvas), verduras (lechuga y espinacas) y cereales (salvado y avena) es muy recomendable. Evita laxantes fuertes, pues corres el riesgo de irritar el intestino.
Hemorroides: Aparecen sobre todo durante la segunda mitad del embarazo y son várices de las venas del recto y del ano. Si llegas a tener hemorroides, no dudes en notificar a tu médico para que te dé un tratamiento adecuado. Procura seguir una dieta alta en fibra, tomar muchos líquidos y hacer ejercicio (recuerda que es con moderación, y siempre es bueno consultar antes a tu médico tratante). Las hemorroides leves mejorarán después del parto, pero si persisten podrás utilizar alguna crema para aliviarlas.
Várices: Las várices provienen de una dilatación anormal de las paredes de las venas. Es probable que desarrolles várices si hay una historia familiar de esta dolencia. En el último trimestre del embarazo, la cabeza del bebé puede presionar las venas pélvicas produciendo la acumulación de sangre en las venas de las piernas, con su consiguiente inflamación. El hecho de permanecer mucho tiempo de pie suele agravar esta situación. Haz ejercicio para mejorar la circulación de piernas y pies, caminar es lo más aconsejable. Trata de dormir con los pies sobre una almohada y evita a toda costa los masajes enérgicos y los hidromasajes.
Estrías:Son pequeñas líneas de color rosado que aparecen en la piel de los muslos, el abdomen y los senos. Se presentan en la mayoría de las futuras madres y rara vez desaparecen, aunque con el tiempo pueden hacerse más pequeñas y estrechas. Las cremas y ungüentos por lo general no ayudan mucho, sobre todo los de bajo costo y de marcas poco conocidas, pero lo que sí puede evitarse es un aumento exagerado de peso y el alto consumo de grasas, ya que ello favorece el desarrollo de las estrías.
Calambres: Se caracterizan por dolor en el muslo, la pantorrilla y el pie, que puede ser tan intenso como para despertarte en la noche y hacerte gritar. El dolor suele prolongarse durante varias horas y lo mejor es dar un masaje muy firme, de preferencia durante varios minutos. También funciona flexionar el pie hacia arriba y pisar con el talón. Se cree que se deben al bajo nivel de calcio en la sangre.
Dolor y acidez estomacal: El embarazo acarrea cierta pereza de todos los músculos del aparato digestivo, lo que para algunas mujeres provoca pesadez después de las comidas, la sensación de acidez, dolor y ardor gástrico. Trata de no ingerir alimentos ácidos o difíciles de digerir, o aquellos demasiado grasos. De preferencia haz varias comidas de pequeñas cantidades.
Estreñimiento: Es muy frecuente en el transcurso del embarazo, incluso en mujeres que nunca antes lo han padecido. Se debe también a esa pereza del intestino de la que se habló anteriormente. Conviene realizar ejercicio frecuente de muy bajo impacto como caminar para combatirlo (sin que te excedas, sobre todo si no practicabas alguna actividad física antes), así como vigilar tu alimentación. Una dieta rica en frutas (papaya, ciruela pasa, uvas), verduras (lechuga y espinacas) y cereales (salvado y avena) es muy recomendable. Evita laxantes fuertes, pues corres el riesgo de irritar el intestino.
Hemorroides: Aparecen sobre todo durante la segunda mitad del embarazo y son várices de las venas del recto y del ano. Si llegas a tener hemorroides, no dudes en notificar a tu médico para que te dé un tratamiento adecuado. Procura seguir una dieta alta en fibra, tomar muchos líquidos y hacer ejercicio (recuerda que es con moderación, y siempre es bueno consultar antes a tu médico tratante). Las hemorroides leves mejorarán después del parto, pero si persisten podrás utilizar alguna crema para aliviarlas.
Várices: Las várices provienen de una dilatación anormal de las paredes de las venas. Es probable que desarrolles várices si hay una historia familiar de esta dolencia. En el último trimestre del embarazo, la cabeza del bebé puede presionar las venas pélvicas produciendo la acumulación de sangre en las venas de las piernas, con su consiguiente inflamación. El hecho de permanecer mucho tiempo de pie suele agravar esta situación. Haz ejercicio para mejorar la circulación de piernas y pies, caminar es lo más aconsejable. Trata de dormir con los pies sobre una almohada y evita a toda costa los masajes enérgicos y los hidromasajes.
Estrías:Son pequeñas líneas de color rosado que aparecen en la piel de los muslos, el abdomen y los senos. Se presentan en la mayoría de las futuras madres y rara vez desaparecen, aunque con el tiempo pueden hacerse más pequeñas y estrechas. Las cremas y ungüentos por lo general no ayudan mucho, sobre todo los de bajo costo y de marcas poco conocidas, pero lo que sí puede evitarse es un aumento exagerado de peso y el alto consumo de grasas, ya que ello favorece el desarrollo de las estrías.
Calambres: Se caracterizan por dolor en el muslo, la pantorrilla y el pie, que puede ser tan intenso como para despertarte en la noche y hacerte gritar. El dolor suele prolongarse durante varias horas y lo mejor es dar un masaje muy firme, de preferencia durante varios minutos. También funciona flexionar el pie hacia arriba y pisar con el talón. Se cree que se deben al bajo nivel de calcio en la sangre.
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