Respuestas
San Agustín [c. 400 A.D.] opinaba que los niños que lloraban con demasiada frecuencia "albergaban al demonio" y por lo tanto le brindaban a las poderosas autoridades eclesiásticas la manera de justificar los sádicos golpes. Reportes de la época dicen que inclusive los bebés y los niños en edad de gatear eran comunmente azotados y golpeados describiendo vívidamente el cómo las palizas provocaban moretones y sangrados en el área de los genitales. Debido a que los niños eran considerados como propiedad personal, al igual que hoy en día, los "dueños" se sentían con derecho a hacer lo que desearan con ellos con completa impunidad. Algunos eran vendidos de plano mientras que otros eran enviados como sirvientes para ganar sus sustento hasta que fueran lo suficientemente grandes para trabajar para su familia.
¿Cómo trataban a los niños (huérfanos) en 1930?
Respuesta:
A finales del siglo xix, la asistencia a los niños y
niñas desamparados pasó a manos de la Junta General
de Beneficencia de Cundinamarca, en 1888.
Este asilo
era un orfanato que daba albergue a niños sin padres,
pero que tenía una escuela de artes y oficios donde
podían asistir otros niños entre los siete y los catorce
años que hubieran sido bautizados (Castro 2007, 132).
Para los primeros años del siglo xx, el niño bogotano,
desde el hospicio hasta los talleres de artes y oficios,
formaba parte de amplios grupos de internos que tenían alojamiento, comida, educación, capacitación y
recreación bajo el mismo techo.
Se les aislaba como
grupos de expósitos, desamparados, gamines, delincuentes, leprosos, tuberculosos, lejos de todo contacto
con los niños de clases pudientes, pero en manos de las
madres de estos, que se encargaban de recoger dinero,
alimento y ropa para atender a los niños pobres de la
ciudad (Muñoz y Pachón 1991, 329).
En esta época la ciudad de Bogotá se encontrab