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Las semillas de manzana contienen amigdalina, un compuesto vegetal conocido como glucósido cianogénico. Es parte de las defensas químicas de las semillas, pero cuando las semillas de manzana son masticadas o trituradas y metabolizadas, la amígdala se convierte en cianuro de hidrógeno.
El cianuro de hidrógeno, a su vez, es una sustancia venenosa que impide que sus células utilicen el oxígeno correctamente, lo que causa la muerte en cuestión de minutos cuando se expone a niveles suficientemente altos.
Tal vez es más conocido por su uso como un agente de guerra química por los alemanes durante la Segunda Guerra Mundial, pero también fue utilizado durante la Guerra de Irán-Irak en la década de los 80, también como un arma química.1
Las semillas de manzana no son el único alimento que contiene precursores de cianuro. Por ejemplo, la amigdalina también se encuentra en los huesos del albaricoque, melocotón y cereza y mucho otras frutas (En más de 2 5000 especies de plantas2).
Pero consumir unas pocas semillas de manzana no es lo mismo que estar expuesto directamente al cianuro de hidrógeno, y esta es la razón: las semillas de manzana tienen un revestimiento protector que es resistente a la digestión.
Si alguna vez ha comido semillas de manzana, es posible que haya notado que terminan siendo desechadas enteras. El cianuro sólo se produce si las semillas están dañadas (es decir, si las mastica), por lo que tragar unas cuantas semillas enteras es probable que tenga poca consecuencia.
Es una de las protecciones más increíbles de la madre naturaleza, ya que la capacidad de las semillas para producir cianuro al momento de ser masticadas desalienta a los animales a masticarlas, permitiendo así que todas las semillas sin masticar regresen a la Tierra y se conviertan en arboles de manzana.
Para Que Sean Peligrosas Tendría que Comer Muchas Semillas de Manzana