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Manuel Ricardo Palma y Carrillo nació el 7 de febrero de 1833 en Lima (aunque existe una teoría de monseñor Salvador Herrera Pinto que pone su cuna ocho años antes en el pueblo de Talavera en Apurímac),n 1 en el seno de una familia humilde; fue inscrito en la partida de bautismo como hijo natural de Pedro Ramón Palma y de Guillerma Carrillo y Pardos, a quien muchos consideran la abuela materna y que su madre fue en realidad Dominga Soriano y Carrillo, la hija de 16 años de esta,1 con quien Pedro se casaría cuatro años más tarde, el 6 de abril de 1837.n 2 Ramón, era un comerciante mestizo con aspiraciones, que doblaba en edad a Dominga, quien era cuarterona (ascendenia subsahariana). El matrimonio Palma-Soriano "fracasó prontamente –según el historiador Oswaldo Holguín Callo– por las diferencias raciales, generacionales y culturales", y el pequeño Ricardo, que tenía 9 años, permaneció naturalmente en la casa paterna.2
Asistió a la escuela para párvulos de Pascual Guerrero, a la de Antonio Orengo y a la de Clemente Noel. Terminada la secundaria, siguió leyes en el Convictorio de San Carlos (aunque algunos cuestionan este dato como una superchería del autor y otros dicen que probablemente fuera alumno externo).3
A los 15 años comenzó su carrera literaria, primero escribiendo poesía y dramas. Fue a esa edad que empezó a usar, junto con el primer nombre, su segundo, Ricardo, que después ya utilizaría solo, sin el primero original de Manuel. También desde joven se mezcló en política, y en 1857 secundó la sublevacióndel general Manuel Ignacio de Vivanco contra el presidente Ramón Castilla, por lo que fue separado del ejercicio de su cargo en el Cuerpo Político de la Armada del Perú.
Se inició como masón a los 22 años en la logia chalaca del Callao Concordia Universal, el 4 de julio de 1855, siendo venerable maestro Damián Alzamora, orador Antonio Álvarez del Villar y secretario José Antonio Barboza.4
En la Armada, a la que ingresó como oficial tercero en 1853, sirvió en la goleta Libertad, el bergantín Almirante Guisse, el transporte Rímac —donde el primero de marzo de 1855 estuvo a punto de morir a consecuencia del naufragio de la nave— y el vapor Loa.5 Tomó parte en el desembarco de Guayaquilen 1859, durante la guerra con Ecuador.
En noviembre de 1860 participó en el fallido asalto a la casa presidencial que acometió un grupo de civiles y militares de tendendica liberal, liderados por José Gálvez. El fracaso del golpe contra Castilla lo obligó a abandonar el Perú y el 20 de diciembre se embarcó con destino a Chile.
En Valparaíso, adonde arribó a fines de mes, frecuentó los salones literarios, fue miembro de la Sociedad de Amigos de la Ilustración y colaboró en la Revista del Pacífico y en la Revista de Sud-América. Los casi tres años que pasó en esa ciudad —durante los cuales realizó frecuentes viajes a Santiago— fueron literariamente «intensos y fructíferos». Allí conoció a José Victorino Lastarria, Guillermo Blest Gana y otros escritores, y en las revistas mencionadas publicó textos importantes: poesías, siete tradiciones y lo que después derivaría en los Anales de la Inquisición de Lima que aparecerían en la capital peruana a su regreso y con el que puede decirse que «comienza la plenitud literaria de Palma».6
Regresó al Perú en agosto de 1863, después de ser amnistiado, y en julio del año siguiente fue nombrado cónsul en el Pará, Brasil, cargo que aparentemente no llegó a ejercer: obtuvo una licencia y viajó a Europa: El Havre, París, Londres. En 1865 retornó vía Estados Unidos —se quedó un tiempo en Nueva York—, cuando Perú está ya en pleno conflicto con España. Con el puerto del Callao bloqueado, Palma desembarca probablemente en Paita y es nombrado asistente de Gálvez, ministro de Guerra y Marina. Ambos participan, desde la torre La Merced del Callao, en el combate contra la escuadra española el dos de mayo de 1866, en el que Galvéz murió cuando una bomba, disparada desde la fragata española Almansa o desde la Blanca, cayó en unos depósitos de pólvora. Palma se salva milagrosamente: había abandonado la torre minutos antes de la explosión.