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Mucho se habla de los derechos de los niños y poco o casi nada de los derechos de los padres. Por eso, así como nos recuerdan constantemente nuestros deberes como padres miremos hoy nuestros derechos.
Primero está el derecho a equivocarse y a aprender de los errores. Lo importante es no abusar del si mismo.
Esta también el derecho a su espacio y su tiempo. Los padres necesitan de espacios y tiempos privados, para así poder ejercer mejor su función de criar. Los padres tienen derecho a tener sus propias opiniones y creencias. Tienen derecho al respeto por parte de los hijos. Este derecho, claro está se gana día a día. Definitivamente el respeto si es el mejor ingrediente del amor.
Los padres tienen el derecho de ser amados por sus hijos y por otros. Los padres tienen el derecho de expresar sus gustos y preferencias para afirmar su individualidad. A los padres se les debe permitir ejercer su función formadora en la vida de sus hijos. Son ellos quienes deben trazar las reglas del hogar.
Además, tienen derecho a no ser juzgados tan severamente por lo que hacen o dejan de hacer. La tolerancia de los hijos hacia ellos es algo que se debe promover.
Tienen el derecho de educar a sus hijos como a ellos mejor les parezca, darles la formación escolar que ellos escojan.
Corregir a los hijos es otro derecho que tienen los padres y que deben ejercer sin tanto temor a equivocarse.
Los padres que han entregado lo mejor de sí se ganan el derecho de que sus hijos los cuiden cuando ellos no pueden hacerlo por sí solos.
En general somos muy duros a la hora de juzgar a los padres y se nos olvida que al llenarlos de deberes y quitarles sus derechos se le hace un daño remendo a la familia.
El padre que se siente agobiado por deberes termina por abusar de sus derechos en un intento fallido de defenderse de tanta opresión. La relación padre-hijo debe ser tranquila, espontánea y llena de alegría aunque siempre conlleve responsabilidades.
No hay que sentirse intimidado por los deberes sino más bien trabajar hacia ejercer nuestras funciones formadoras con nuestro mejor criterio. Al fin y al cabo los hijos tienen el derecho a tener papás que saben para donde van.