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El agua es un elemento característico de la Iglesia, usada en múltiples ocasiones y con significados simbólicos similares.
Se puede usar por ejemplo el agua bendita en muchos de sus ritos de bendición, pero también es utilizada en el lavatorio de pies y manos y en la pila bautismal.
Adicionalmente, el agua tiene un lugar reconocido en el ritual de toda misa y en algunos oficios pontificales y extraordinarios que incluyen alguna forma de lavado.
De esta forma podemos reconocer que el agua representa una forma de lavado, purificación, o tiene un significado similar a este, de iniciación, y limpieza.
El agua también se usa para ser mezclada con el vino en la Misa, sin embargo el por que se hace esto cuando según las santas escrituras Cristo usó un caliz para compartir el vino puro que representaba su sangre, es incierto.
Algunos catedráticos argumentan que esto tendría origen como referencia al flujo de Sangre y agua del costado de Cristo, del cual la Iglesia, como dispensadora de los sacramentos, fue formada, como una nueva Eva del costado del nuevo Adán.
Más allá de esto, en algún momento de la historia se tuvo la costumbre de ofrecer a los comulgantes agua y vino para tomar como purificación luego de la comunión.
Sin duda, su uso en diferentes ocasiones ha sido sometido a estudios que confieren y le dan un significado simbólico sumamente importante, es junto al vino una de los símbolos más importantes usados por la Iglesia Católica.