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Un tercio de las ecorregiones y ecosistemas del país se encuentra afectado de manera grave y confronta problemas críticos de calidad ambiental debido a la acción humana. De esos 34 millones de hectáreas, unos 11 millones, son regiones desboscadas.
La preocupante situación es revelada en el estudio “Primera aproximación a un inventario de unidades ecorregionales amenazadas en Bolivia”, investigación realizada por Marco Octavio Ribera Arismendi, divulgado por la Liga de Defensa del Medio Ambiente (Lidema).
Advierte que existe en el país un reciente número de ecorregiones, ecosistemas y comunidades naturales en estado crítico, debido principalmente a las presiones del avance de las fronteras agropecuarias, quemas extendidas, contaminación a gran escala o impactos de megaproyectos.
“Las mayores afectaciones a los ecosistemas provienen en la actualidad de los procesos intensificados de cambio de uso del suelo, es decir, de los procesos de expansión de fronteras agropecuarias, que se han incrementado de forma muy acelerada en los últimos treinta años”.
Sostiene que existen importantes superficies de ecosistemas con severa degradación ambiental, donde se han producido pérdidas de biodiversidad y reducción del potencial de brindar servicios ecológicos.
Marco Octavio Ribera sostiene que en términos de emisión de gases de efecto invernadero, la intensificación del cambio de uso del suelo o desbosques, significa que Bolivia pasa del 0,002 por ciento de emisiones industriales a nivel mundial (una cifra exigua), a más de 0,3 por ciento de emisiones por concepto de cambio de uso del suelo, “que si bien sigue siendo una cifra muy reducida en el contexto mundial, aritméticamente es indicativa de la gravedad del tema en el país”.
Señala que las ecorregiones y ecosistemas fuertemente modificados por efectos de fragmentación, degradación de vegetación y suelos y problemas críticos de calidad ambiental, suman aproximadamente unos 34 millones de hectáreas, “es decir, un tercio del país”.
Esa situación se presenta tanto en las tierras altas, como punas o altiplanos, como en valles y tierras bajas. “La superficie de bosques en Bolivia alcanzaba en la década de los años 60 a más de 60 millones de hectáreas. En 1975, fue calculada en 56.468.400 hectáreas y hasta el año 2005 la superficie boscosa se calculaba en alrededor de 50 millones de hectáreas, que significaba el 47 por ciento del territorio nacional”.
El estudio explica que de los 34 millones de hectáreas altamente modificadas, se calcula que al 2007, había unos 10 millones de hectáreas que corresponden a regiones desboscadas y principalmente en tierras bajas.
La preocupante situación es revelada en el estudio “Primera aproximación a un inventario de unidades ecorregionales amenazadas en Bolivia”, investigación realizada por Marco Octavio Ribera Arismendi, divulgado por la Liga de Defensa del Medio Ambiente (Lidema).
Advierte que existe en el país un reciente número de ecorregiones, ecosistemas y comunidades naturales en estado crítico, debido principalmente a las presiones del avance de las fronteras agropecuarias, quemas extendidas, contaminación a gran escala o impactos de megaproyectos.
“Las mayores afectaciones a los ecosistemas provienen en la actualidad de los procesos intensificados de cambio de uso del suelo, es decir, de los procesos de expansión de fronteras agropecuarias, que se han incrementado de forma muy acelerada en los últimos treinta años”.
Sostiene que existen importantes superficies de ecosistemas con severa degradación ambiental, donde se han producido pérdidas de biodiversidad y reducción del potencial de brindar servicios ecológicos.
Marco Octavio Ribera sostiene que en términos de emisión de gases de efecto invernadero, la intensificación del cambio de uso del suelo o desbosques, significa que Bolivia pasa del 0,002 por ciento de emisiones industriales a nivel mundial (una cifra exigua), a más de 0,3 por ciento de emisiones por concepto de cambio de uso del suelo, “que si bien sigue siendo una cifra muy reducida en el contexto mundial, aritméticamente es indicativa de la gravedad del tema en el país”.
Señala que las ecorregiones y ecosistemas fuertemente modificados por efectos de fragmentación, degradación de vegetación y suelos y problemas críticos de calidad ambiental, suman aproximadamente unos 34 millones de hectáreas, “es decir, un tercio del país”.
Esa situación se presenta tanto en las tierras altas, como punas o altiplanos, como en valles y tierras bajas. “La superficie de bosques en Bolivia alcanzaba en la década de los años 60 a más de 60 millones de hectáreas. En 1975, fue calculada en 56.468.400 hectáreas y hasta el año 2005 la superficie boscosa se calculaba en alrededor de 50 millones de hectáreas, que significaba el 47 por ciento del territorio nacional”.
El estudio explica que de los 34 millones de hectáreas altamente modificadas, se calcula que al 2007, había unos 10 millones de hectáreas que corresponden a regiones desboscadas y principalmente en tierras bajas.
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