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Otro hecho a tener en cuenta es el dominio de idiomas europeos en el continente: hay más población francoparlante en África que en Francia, lo mismo sucede para el caso británico y portugués. Dato importante y que no pasa desapercibido para Asia de cara al desarrollo de futuros planes. Además, la mano de obra local puede proporcionar una ayuda significativa para sectores como el turismo, la agroindustria, textil, etc.
Observando estos datos y muchos más junto con las buenas oportunidades de la región se comprende el grancrecimiento que se ha producido entre los años 2004-2006 de la inversión directa proveniente del extranjero. En concreto, ha alcanzado un record histórico de 39.000 millones de dólares a la vez que las inversiones de África en el exterior se han cuadruplicado en ese mismo periodo. Este crecimiento, que venía dado en parte por las inversiones tradicionales de Hong-Kong, República de Corea, Singapur o Taiwán, ha crecido exponencialmente con la incorporación de China e India, con una implicación muy importante en el continente africano. Implicación China, acentuada tras la Cumbre África-China de 2006 en Beijing, cuando los máximos mandatarios chinos trataron con 50 jefes de Estado y ministros africanos. Desde esa fecha, sus interacciones económicas no han dejado de aumentar: entre 2000 y 2007 sus flujos comerciales pasaron de 11.000 a 57.000 millones de dólares, las inversiones chinas están presentes en 48 países africanos, y el país asiático se ha convertido en el tercer destino de exportaciones africanas.
África lo que persigue es llegar a lograr un crecimiento sostenible. Un crecimiento que venga sustentado por el incremento de productos manufacturados y que estos, a su vez, cada vez posean mayor valor añadido. Esto es necesario ya que, valiéndose tan solo de exportaciones que carecen de elaboración previa, no generaran valor suficiente y solo se crecerá mientras los recursos naturales existan y no se agoten. Es necesario, por tanto, esa transición. No es un problema de falta de recursos, sino de empleo de los mismos.Siendo positiva la noticia, la cuestión que queda en el aire es saber si los intereses asiáticos, en forma de capital extranjero en el continente africano, ayudarán a la región a dar un salto modernizando sus industrias para afrontar la globalización o, por el contrario, solo tratará de extraer los recursos que interesen a Asia para posteriormente, cuando estos se acaben, abandonar la región sin apenas haber ayudado a su despegue, tan sólo a su explotación.