Manuel belgrano carrera politica y periodistica .

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Respuesta dada por: mel78988
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Estudió primeramente en el Real Colegio de San Carlos (antecedente del actual Colegio Nacional de Buenos Aires). Entre 1786 y 1793 estudió Derecho en las universidades españolas de Salamanca y Valladolid, donde se graduó como Bachiller en Leyes, con medalla de oro, a los 18 años de edad en la Chancillería de Valladolid, dedicando especial atención a la economía política. Por tal motivo, fue el primer presidente de la Academia de Práctica Forense y Economía Política en Salamanca.

Durante su estadía alcanzó un éxito destacable y prestigio que le permitió obtener del papa Pío VI una autorización para leer toda clase de literatura prohibida. Dicha concesión se le otorgó «... en la forma más amplia para que pudiese leer todo género de libros condenados aunque fuesen heréticos»,11 con la única excepción de las obras obscenas. De esta manera tuvo acceso a los libros de Montesquieu, Jean-Jacques Rousseau y Filangieri; así como pudo imbuirse de las tesis fisiocráticas de François Quesnay. También leyó a los escritores españoles de tendencia ilustrada, como Gaspar Melchor de Jovellanos y Pedro Rodríguez de Campomanes.

Siguió los acontecimientos de la Revolución Francesa de 1789, que le influyeron hasta el punto de hacerle adoptar, como a José de San Martín, el ideario revolucionario de finales del siglo xviii. A partir del mismo, ambos orientaron su desempeño en la vida política hacia las necesidades fundamentales de todo pueblo: soberanía política, económica y posesión de los territorios que explotan a partir del trabajo. Tanto Belgrano como San Martín fueron firmes creyentes en el desarrollo a partir de las industrias, la producción y el comercio de bienes dentro de un marco justo que beneficie a la Patria y el pueblo en su conjunto.

La Revolución francesa fue un importante tema de discusión en Europadurante la permanencia de Manuel Belgrano.

Belgrano se rodeó de la élite intelectual de España, y por aquel entonces se discutía sobremanera la reciente Revolución francesa. Los cuestionamientos al derecho divino de los reyes, los principios de igualdad, fraternidad y libertad, y la aplicación universal de la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano estaban en boca de todos. En esos círculos se consideraba imperioso refundar la nación bajo principios similares, y quienes no estaban de acuerdo eran tachados de tiranos y partidarios de ideas antiguas y desprestigiadas.11 Años más tarde escribiría en su autobiografía:

Como en la época de 1789 me hallaba en España y la revolución de Francia hiciese también la variación de ideas y particularmente en los hombres de letras con quienes trataba, se apoderaron de mí las ideas de libertad, igualdad y fraternidad, y sólo veía tiranos en los que se oponían a que el hombre, fuere donde fuese, no disfrutase de unos derechos que Dios y la naturaleza le habían concedido, y aún las mismas sociedades habían acordado en su establecimiento directa o indirectamente.12

Asimismo se dedicó al estudio de las lenguas vivas, la economía política y el derecho público.

De regreso al Virreinato del Río de la Plata, quizás a través de su primo Juan José Castelli se interesó por el pensamiento de Francisco Suárez, quien declaraba que el poder de los gobiernos deviene de Dios a través del pueblo.13

El Consulado de Comercio
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