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Yo no leí el libro “El Dador de Recuerdos”, así que esta reseña no es realmente para fans de la historia porque no sé cómo se compara con lo escrito. El Dador de Recuerdos es una película que plantea una idea que te dejará pensando: ¿Qué estarías dispuesta a dejar por vivir en un mundo perfecto?
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Jonas vive en una comunidad aparentemente perfecta, no hay guerras, hambre, ni sufrimiento, los habitantes ni siquiera conocen esas palabras ni sus significados. Lo que tampoco conocen es la capacidad de tomar decisiones, ni la posibilidad de tener opciones. Pero todos en esta comunidad son felices, porque no existe el sentimiento de pérdida, los celos ni la competencia. Cuando cumplen 18 años los niños reciben el trabajo al que se dedicarán toda su vida, pero Jonas no será maestro ni cuidador, él ha sido seleccionado para convertirse en el “recibidor de recuerdos”, y tiene que entrenar con un hombre mayor, el “dador de recuerdos”, quien le mostrará las maravillas y los horrores que la humanidad cometió antes de la creación de esta comunidad, para que en un futuro pueda ser él quien conozca la historia y asesore a quienes están en posiciones de poder para que esta no se repita.
Pero a lo largo de su entrenamiento Jonas descubre que mucho de lo que les han quitado es hermoso, desde los colores hasta el amor. Él tendrá que decidir qué es más importante, la paz o el libre albedrío.
Viviendo en este mundo plagado de guerras y enfermedades es fácil pensar como alguien decidiría crear una comunidad como esta, donde las personas no pudieran vestirse diferente, tener más o menos o incluso ver colores. ¿Pero no son estas diferencias las que nos hacen quiénes somos? ¿No son mis gustos, pensamientos e ideas los que me hacen “Susana Miyar”? Como les dije, prepárense para salir del cine pensando en qué tan bueno y qué tan malo sería vivir en un mundo así de perfecto, y en lo fácil que es pensar en una utopía pero terminar en una distopía.
La película tiene efectos especiales hermosos, un juego entre el blanco y negro y los colores que ayuda a representar el proceso por el que pasa Jonas. Las actuaciones son increíbles, tanto de los grandes actores reconocidos por la Academia como Meryl Streep y Jeff Bridges, como de Alexander Skarsgård e incluso Katie Holmes (hace un papel realmente excepcional). La carrera de Brenton Thwaites despegó apenas hace un par de años, pero en esta cinta demuestra que llegó para quedarse.