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ce tres años Gandara decidió despegar hacia otros mercados e ingresar con productos terminados y listos para retail (comercio minorista). Después de invertir tres millones de dólares en incorporación tecnológica y capacitación logró posicionarse en el Mercosur y varios países de Europa y, lo que es más difícil, lograr que árabes y rusos compren su dulce de leche.
El grupo Lactona-Gandara está constituido por empresas de capitales argentinos que se dedican básicamente a la producción de lácteos y pastas, por un lado, y a la comercialización de distintos tipos de alimentos, por el otro. En el último ejercicio facturó casi 140 millones de dólares y exportó unos cuatro millones de kilos de productos. Este año espera alcanzar en comercio exterior ventas por diez millones de dólares.
Frente a la situación del mercado internacional de lechería, la compañía decidió no especializarse en la venta de productos masivos, sino más bien intentar la colocación de productos terminados.
"Cuando eso es posible, con la propia marca, cuando no, con la marca del cliente del exterior y, en el peor de los casos, como parte componente de los alimentos elaborados afuera, pero siempre con procesos industriales más avanzados que simplemente secar la leche fluida y transformarla en leche en polvo", dijo Orentino Vidal, vicepresidente ejecutivo de Lactona.
La compañía le vende productos como mozzarella rallada, pastas, leche en polvo, yogur, postres y quesos untables a Estados Unidos, Rusia, Canadá, España, Holanda, Israel y Siria. Pero la estrella indiscutida es el dulce de leche.
Con variantes de formulación (léase mayor o menor consistencia, distintos saborizantes, aromatizantes...), este alimento tuvo su primer embarque a Europa en presentaciones que incluyeron sabor a coco y a avellana. En este momento también se están realizando desarrollos conjuntos con empresas europeas elaboradoras de productos terminados donde uno de los componentes más importantes es el dulce de leche de Gandara. "Creemos que los mercados se van segmentando y consecuentemente hay que generar el producto que cubra específicamente las necesidades del consumidor", indicó Vidal.
En el caso de las pastas, hay un alimento que es prácticamente desconocido aquí y que, en cambio, es sumamente preciado en Brasil. Se llama pastel de queso; es una especie de raviol relleno con quesos, que se consume frito en lugar de hervido y la masa lleva una fórmula especial. "Nosotros estamos elaborando para ese mercado", afirmó el directivo.