Respuestas
Respuesta:
Padre nuestro quiere decir padre de todos; quiere decir que todos somos
hermanos y que nuestro destino en la vida no es indiferente a los demás como
tampoco tiene que serlo a nosotros el de ellos.
Que estás en el cielo. El Cielo significa el más allá donde nos espera la posesión
absoluta de Dios. La misericordia nos viene del cielo, el lugar donde habita la
misericordia. Es eterna y divina. La misericordia es el mismo Dios que se define
como amor.
Santificado sea tu nombre Esta santidad de Dios es garantía de la fidelidad de
su amor y de su perdón continuo que no busca revanchas porque ama a los
hombres y quiere que todos se salven, y esta santidad es también signo de lo que
será su justicia absoluta en el respeto a la libertad del hombre y sus
consecuencias.
Venga a nosotros tu reino Es un reino que tenemos que anunciar porque Dios
nos lo ha confiado a nosotros y sólo se va a extender con nuestro testimonio unido
a la acción del Espíritu Santo. Es un Reino que se basa en lo que Jesucristo nos
reveló y que se construye con nuestra respuesta generosa en la conversión y en la
fe.
Hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo La voluntad de Dios sobre el
hombre, sobre cada hombre, es que se salve y goce eternamente de Él. Hacer la
voluntad de Dios sobre la tierra es amar a Dios sobre todas las cosas.
Danos hoy nuestro pan de cada día Los cristianos tenemos que repartir este
pan del amor de Cristo a los hombres de hoy, un amor real de entrega. El “pan de
cada día” es también el sacramento de la Eucaristía, el mayor signo del amor de
Dios. Cada cristiano tiene que hacerse eucaristía, entrega, donación incondicional
de amor.
Perdona nuestras ofensas como también nosotros perdonamos a los que
nos ofenden Este es el signo del cristiano, la misericordia. Es una virtud que nace
del conocimiento objetivo del corazón humano y de su debilidad y del
conocimiento objetivo del “corazón” de Dios y de su generosidad y fidelidad a toda
prueba.
No nos dejes caer en la tentación. Nuestra debilidad nos lleva a acudir a Dios
para que no nos deje de su mano. Somos muy conscientes de que hay cientos de
tentaciones que buscan alejarnos del amor de Dios y de su plan de salvación para
nuestras vidas. El mismo Jesucristo experimentó estas tentaciones y las venció
apoyándose en su amor al Padre y a los hombres, sus hermanos.
Líbranos del mal el Catecismo de la Iglesia Católica nos enseña que Al pedir ser
liberados del Maligno, oramos igualmente para ser liberados de todos los males,
presentes, pasados y futuros de los que él es autor o instigador.
Explicación: