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La cultura Olmeca, por ser considerada la cultura madre, acostumbraban a los rituales en favor de sus deidades, en especial la figura del Sol. El sacrificio humano era un ritual común, ya que tenían dos propósitos:
- Rendir tributos de sangre a los dioses. Estos tributos eran en favor de mejores cosechas, de pagar promesas o de penitencias por abusos a su orden.
-Purificación del espíritu y libre camino al plano espiritual y el mundo de los muertos.
-Deseo voluntario para clamar por la seguridad y prosperidad de sus familias.
Estos rituales prevalecieron en las culturas descendientes de las Olmecas, como las totonacas (aunque esta cambió a una cultura matriarcal), los huastecos y aztecas. Estos además solían entregar los cadáveres de los fallecidos para su entierro y/o puesta en favor de los dioses mismos.
- Rendir tributos de sangre a los dioses. Estos tributos eran en favor de mejores cosechas, de pagar promesas o de penitencias por abusos a su orden.
-Purificación del espíritu y libre camino al plano espiritual y el mundo de los muertos.
-Deseo voluntario para clamar por la seguridad y prosperidad de sus familias.
Estos rituales prevalecieron en las culturas descendientes de las Olmecas, como las totonacas (aunque esta cambió a una cultura matriarcal), los huastecos y aztecas. Estos además solían entregar los cadáveres de los fallecidos para su entierro y/o puesta en favor de los dioses mismos.
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