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El bloqueo comercial, económico y financiero de Estados Unidos en contra de Cuba (también conocido de forma incorrecta como el embargo)1 fue impuesto en octubre de 1960, como respuesta a las expropiaciones por parte del nuevo gobierno revolucionario de propiedades de ciudadanos y compañías estadounidenses en la isla tras la Revolución Cubana. Aunque inicialmente excluía alimentación y medicinas, en febrero de 1962 Estados Unidos endureció las medidas y el bloqueo llegó a ser casi total.
En 1992, el bloqueo adquirió el carácter de ley con el propósito de mantener las sanciones contra la República de Cuba. Según lo recogido en el Cuban Democracy Act estas sanciones continuarían mientras el gobierno se negara a dar pasos hacia “la democratización y mostrara más respeto hacia los derechos humanos”.2
Posteriormente en 1996, el Congreso de los Estados Unidos aprobó la Ley llamada Helms-Burton Act. De esta forma se eliminó la posibilidad de hacer negocios dentro de la isla o con el gobierno de Cuba por parte de los ciudadanos estadounidenses. También quedaron impuestas restricciones sobre el otorgamiento de ayudas públicas o privadas a cualquier sucesor del Gobierno de La Habana hasta que por lo menos ciertos reclamos contra el gobierno de Cuba quedaran aclarados.
En 1999, el presidente Bill Clinton amplió el bloqueo comercial prohibiendo a las filiales extranjeras de compañías estadounidenses comerciar con Cuba por valores superiores a 700 millones de dólares anuales, siendo por ello la primera ley transnacional en el mundo. No obstante en el 2000 el mismo Clinton autorizó la venta de ciertos productos humanitarios a Cuba.
Durante décadas la política de bloqueo económico ha sido defendida por sectores del exilio cubano, cuyos votos han sido cruciales en el estado de la Florida. Estos sectores del exilio han influido en varios políticos que han terminado adoptando puntos de vista similares.3 También la postura de estos cubanos-estadounidenses ha generado oposiciones dentro de líderes estadounidenses en el sector de los negocios, cuyos intereses financieros hacen énfasis en el argumento de que el libre comercio sería bueno tanto para Cuba como para Estados Unidos.4
El bloqueo comercial hacia Cuba es el más prolongado que se conoce en la historia moderna. Ha sido condenado 23 veces por las Naciones Unidas, porque argumentan que es un lastre para la economía cubana. El 28 de octubre de 2015, el bloqueo contó con la abrumadora cantidad de 191 votos en contra y sólo dos a favor –Estados Unidos e Israel–, el máximo órgano de debate de Naciones Unidas reafirmó, entre otros principios, la igualdad soberana de los Estados, la no intervención y no injerencia en asuntos internos, y la libertad de comercio y navegación internacionales.
El 17 de diciembre de 2014, los presidentes de Estados Unidos y Cuba, Barack Obama y Raúl Castro, acordaron mejorar las relaciones Políticas, Sociales y Económicas entre ambos países y comienza el inicio del levantamiento del bloqueo a Cuba por parte de Estados Unidos.5
Principales exportaciones deproductos agrícolas de EE.UU
a Cuba (millones de dólares)200120022003200420052006Total Agricultura5140248384346328Granos22336575543Carne de ave22336615845Arroz0611643940Trigo02337585147Carne de soja01925331934Granos de soja02134283332Aceite de soja02151232621Legumbres0.618719Carne roja0.202714Productos lácteos.3.3.3283013Fuente:FAS BICO database, U.S. Bureau of the Census[6 ]
A pesar de esta situación, Estados Unidos está entre los cinco principales socios comerciales de Cuba (el 6.6% de las importaciones llegan desde EE.UU)7 y es además el primer suministrador de productos agrícolas de Cuba. EE.UU suministra el 96% del arroz y el 70% de los productos de carne avícola. Otras importaciones a gran escala provenientes de EE.UU son el trigo, el maíz, la soya y sus derivados.
Actualmente los principales competidores de EE.UU. son la Unión Europea, segundo mayor exportador de productos agrícolas hacia Cuba, seguida por Brasil, Argentina, y Canadá. En total, Cuba importa alrededor de mil millones de dólares.8
No obstante, el comercio entre Cuba y Estados Unidos está sujeto a regulaciones y se produce bajo ciertas condiciones.9 Por ejemplo, Cuba tiene que pagar en efectivo y al contado todos los productos que importa desde EE.UU, ya que este no le concede ningún tipo de crédito financiero al gobierno de Cuba.1