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Los eclipses causaban graves temores dentro de los pueblos mexicanos, existen crónicas que mencionan gran número de fenómenos naturales que se veían asociados a los eclipses solares.
Estos eran vistos con gran aprehensión, porque se temía que el sol así desapareciera por siempre. Todo el pueblo sin distinción de edades, organizaban gran gritería y se autosacrificaban en piernas y orejas. Además había un sacrificio especial de albinos.
El nombre en sí de los eclipses en casi todas las lenguas
indígenas de México revela la creencia de que algo o algún ser sobrenatural se
comía al Sol o a la Luna. Si los eclipses eran lunares, las mujeres embarazadas
temían que así como la luna era comida, podía suceder que el niño que llevara
dentro naciera sin ciertas características como sin labios o nariz o con
defectos de malformación.