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A pesar de ser la provincia más beneficiada con los recursos del canon minero, Jorge Basadre aún no puede solucionar los problemas de saneamiento básico de tres distritos. Producto de ello, los agricultores de sus valles siguen regando sus cultivos con aguas contaminadas con coliformes termotolerantes (heces), que son vertidas por las propias municipalidades a la cuenca del río Locumba.
El análisis realizado por la Autoridad Nacional del Agua (ANA) da cuenta que esos contaminantes superan ampliamente lo permitido.
César Huanacune, especialista en calidad de aguas de ANA, indicó que los límites son de 200 mg por 100 mililitros de agua, sin embargo el promedio que se tiene es de 13 mil 777 mg.
"A la cuenca del río Locumba se vierten aguas residuales de Ilabaya, Locumba y Candarave. Todo se solucionaría si las municipalidades trataran las aguas negras, pero hay un mal manejo de los pozos sépticos", indicó Huanacune.
Según la conclusión de la ANA, el riesgo es alto por lo que existen restricciones para el riego de vegetales y el consumo de animales.
A pesar de esto se continúa con el riego de plantas de tallo bajo y tallo alto que son para el consumo poblacional.
La clave
Situación similar se presenta en la cuenca de Sama, donde el límite máximo es 1.8 mg por cada 100 mililitros, y sin embargo el promedio obtenido en el análisis de la ANA es de 635 mg. Las municipalidades de la provincia de Tarata son las que más aguas residuales vierten.