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TEATRO ISABELINO
El teatro isabelino se conforma por las obras dramáticas creadas durante el mandato de la reina Isabel I (finales del siglo XVI e inicios del XVII), su principal impulsora. También se le conoce como teatro renacentista inglés, aunque las últimas obras pertenecientes a este periodo poseen características barrocas. El representante más importante fue, sin duda, William Shakespeare. No obstante, otros dramaturgos como Christopher Marlowe y Ben Jonson también produjeron obras significativas. Las siguientes eran algunas de las características de dicho teatro:
- Las obras se componían de cinco actos.
- Se escribían en verso aunque se podía intercalar la prosa.
- Se mezclaron los géneros trágico y cómico.
- No existía una unidad de tiempo, lugar o acción, por lo que la obra podía desarrollarse en distintos tiempos y lugares.
- Predominaron los temas históricos sobre los míticos. También se hablaba de la traición y el honor.
- Las comedias pastoriles incluían elementos fantásticos como hadas o ninfas.
SIGLOS DE ORO
Se denomina Siglos de Oro a la época de apogeo de la cultura clásica española; abarca dos periodos concretos: el Renacimiento del siglo XVI y el barroco del siglo XVII. Durante estos años se desarrollaron diferentes corrientes dramáticas, por lo que coexistieron la renacentista, la humanista, la religiosa y la popular. No obstante, quizá el momento más importante para el teatro español de los Siglos de Oro fue cuando el dramaturgo Félix Lope de Vega, en la última década del siglo XVI, dio forma a la comedia nueva española, con las siguientes características:
- Rompía con la estructura de cinco actos y empleaba solo tres (planteamiento, desarrollo y desenlace).
- Mezclaba los géneros trágico y cómico (tragicomedia).
- No existía la unidad de tiempo, lugar y acción de Aristóteles, por lo que la obra podía desarrollarse en distintos tiempos y lugares.
- El honor y la honra eran temas fundamentales de las obras.
- Cada personaje hablaba de acuerdo con su posición social.
- Los personajes se presentaban como tipos sociales, es decir, correspondían a un esquema o patrón psicológico fijo, como el rey, el caballero, la dama o el criado.
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