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Danza, emoción y pensamientoEscúchalo en Youtube
La Consagración de la Primavera: el concepto de grupo como integrador de las emociones individuales a través del movimiento.
La danza surge de la necesidad del hombre de expresar sus deseos y sus miedos, es algo inherente al ser humano. Las emociones más básicas se exteriorizan a través del movimiento, es el reflejo de la esencia misma de la persona, que utiliza su propio cuerpo para comunicarse, para entrar en contacto con el mundo que le rodea
- El sentimiento de unión, de fuerza, de protección, de conexión con un mundo interno, espiritual y mágico, está relacionado en estas primeras representaciones con la idea de grupo. El cuadro La danza refleja la fascinación de Henri Matisse por este concepto del arte primitivo; se puede observar cómo la simplicidad de la escena, con un acusado esquematismo, posee un movimiento extraordinario, “los intensos colores cálidos contra el frío verde azulado del fondo y la rítmica sucesión de desnudos danzantes transmiten los sentimientos de liberación emocional y hedonismo. A este colorido se le ha dado una interpretación simbólica: los cuerpos se pintan de rojo y simbolizan la vida, el azul es obviamente el cielo y el verde la naturaleza”.2
Los movimientos artísticos de principios del siglo XX muestran un interés por el arte primitivo capaz de captar la esencia del ser humano y representarla de manera simbólica. Ambas obras –pinturas de Cogull y La danza de Matisse– suponen una ruptura con las formas de arte establecidas, una reivindicación del contenido y de la expresión de las emociones. El mundo moderno, con la Revolución industrial, y el consecuente cambio de lo rural hacia lo urbano, influye en la manera en que la persona mira hacia sí misma; se produce una enajenación, un desarraigo. Se pierden esos rituales colectivos, a través de los cuales el individuo expresa y comparte su mundo interior.
En La consagración de la primavera, con música de Igor Stravinsky, estrenada en París el 29 de mayo de 1913 por los Ballets Rusos de Diaguilev, con coreografía de Nizhinski,3 se expresa este concepto grupal y ritual de la danza y este retorno a lo primigenio. Podemos establecer puntos en común con el cuadro de Matisse. La escenografía de Nicolai Roerich, arqueólogo muy interesado por la antigua cultura rusa, el chamanismo, la vegetación, la primavera y la fertilidad, utiliza también vivos colores primarios, el verde y el azul del fondo, que contrastan con los colores cálidos de los trajes folklóricos típicos, que reivindican, dentro de las ideas nacionalistas, el origen eslavo de los pueblos rusos. Personajes ancianos, como el sabio, reflejan esos orígenes tribales.