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Es un poco larga la explicación...
Son varios motivos los que hacen que este planeta sea el tercero de los cuerpos más brillante de nuestros cielos tras el Sol y la Luna: su cercanía, su tamaño aparente y su albedo.
Por su cercanía. Venus es el planeta que por su órbita más próximo está a nosotros, aunque precisamente en su punto de máximo acercamiento -o conjunción inferior- es cuando más difícil es de ver, ya que se encuentra prácticamente alineado con el Sol. En esos casos, salvo que tengamos un tránsito, no nos será posible observarlo.
Sin embargo, en los puntos llamados de máxima elongación -cuando nuestra perspectiva hace que Venus se sitúe en el punto tangente de su órbita- es cuando mejor podemos apreciarlo. Y hay dos de esos puntos: máxima elongación oriental y máxima elongación occidental.
Por su tamaño aparente. Venus es un planeta ligeramente inferior al nuestro, lo que le confiere la segunda posición en cuanto a tamaño en planetas telúricos o terrestres del sistema solar. Esto, unido a su cercanía, hace que su tamaño aparente en el cielo sea más grande en comparación con Mercurio o Marte.
Pero Venus no es el planeta que más grande vemos, ya que la relación tamaño/distancia hace que en nuestros cielos Júpiter se vea casi cuatro veces más grande y Saturno casi el doble, por lo que Venus sería el tercer mayor planeta en nuestro cielo, lo que influirá directamente en qué planeta vemos más brillante. Pero nos falta un parámetro que es clave para analizar el brillo que vemos en un planeta
Por su albedo. ¿Qué significa ‘albedo’? Es, sencillamente, la cantidad de luz que refleja un cuerpo. Y Venus refleja mucha luz, por lo que tiene un albedo muy alto. Esto es debido a su atmósfera, muy densa y compuesta básicamente de CO2, que hace que de cada 100 unidades de luz que le llegan refleje 65. En comparación, nuestra Luna sólo refleja 8 de cada 100.
Y es por estos motivos por los que Venus siempre ha llamado la atención a la humanidad desde sus primeros tiempos. Gracias sobre todo a su atmósfera tan reflectante nunca ha pasado desapercibido, y por eso está cargado de multitud de leyendas.