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1. Conocer Internet y saber cómo funciona
Es imprescindible que los padres conozcan y aprendan cómo funciona Internet, para qué sirve y qué nuevas tecnologías están asociadas a él. Sólo así se podrá educar a los hijos de una manera correcta, a ayudarles a elegir las opciones adecuadas, y así evitar que accedan a páginas o contenidos inapropiados o maliciosos para ellos.
2. Establecer una comunicación abierta con nuestros hijos
Deben saber que estamos dispuestos a ayudarles, a resolver sus dudas y a aconsejarles, de manera que se establezca una relación de confianza en la que ellos se sientan cómodos y nos cuenten cualquier problema en Internet. Los padres deben interesarse por lo que hacen sus hijos en la Red, pero sin interrogatorios, respetando su intimidad.
3. Evitar prohibir su utilización
Prohibir al acceso a Internet puede ser contraproducente, en especial en el caso de los adolescentes. Los niños deben aprender los hábitos de un buen uso de Internet a través de los padres, con sus lecciones e indicaciones, de forma que se conviertan en un ejemplo a seguir. Sólo de este modo contribuiremos a hacer un uso responsable de la Red por parte de nuestros hijos.
4. Adoptar unas normas de uso
Siempre es bueno adoptar unas normas de uso de Internet apropiadas para los niños según su edad (horarios, tiempo de uso, contenidos), lo que ayudará a mantener un equilibrio con sus otras actividades ordinarias. Un uso exagerado puede ser perjudicial, mientras que restringir su utilización en horas de comida o por las noches pueden ser buenas medidas. Es recomendable evitar el uso de ordenadores en los dormitorios.
5. Supervisar sus acciones
Es importante interesarse por las actividades de los hijos en Internet. Preguntarles qué es lo que hacen, qué páginas web visitan, conocer sus amigos en las redes sociales. Una buena estrategia es también ubicar el ordenador en un espacio transitado de la casa, como el salón, de manera que controlemos el tiempo de conexión y que se convierta en un uso a la vista de toda la familia, evitando también que personas con intereses maliciosos puedan comunicarse online con nuestros hijos.
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