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Respuesta:
Los delfines emiten de forma continua chasquidos y silbidos. Los primeros consisten en pequeños pulsos de 300 sonidos por segundo que se generan desde un mecanismo situado justo debajo del espiráculo y que se utilizan para la ecolocación de los objetos (funciona como un sonar). El melón (abombamiento de la frente situada encima de la mandíbula superior), consta principalmente de grasa y aceite, y actúa como una pantalla acústica que mejora la resolución de la emisión de sonidos. La mandíbula inferior, también llena de aceite, ayuda a la transmisión del eco reflejado por los objetos, y recibido por la zona posterior de dicha mandíbula, hacia el oído. Este sistema de ecolocación, similar al de los murciélagos, permite a los delfines navegar y detectar a sus presas con suma facilidad.
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