2. ¿Qué pasos pueden dar las naciones de la región del África subsahariana para resolver las causas de la pobreza? ¿los gobiernos de las naciones desarrolladas pueden colaborar en el proceso? ¿deben hacerlo? ¿Por qué?
Respuestas
Respuesta:
hola
Explicación:
1. La pobreza en sus distintas formas ha sido objeto de un interés creciente por parte de la comunidad internacional en el último decenio. Se han celebrado diversas cumbres en las que se han adoptado compromisos para una reducción drástica de la miseria que tantos seres humanos padecen a lo largo de sus vidas. Este interés constituye en sí mismo un avance alentador, pero el progreso actual sigue siendo dolorosamente lento, pese a que las medidas para mejorar los medios de subsistencia de los pobres son asequibles. El hambre y la inseguridad alimentaria -los aspectos más graves de la pobreza extrema- han pasado a ser prioridades internacionales, y los participantes en la Cumbre Mundial sobre la Alimentación de 1996 declararon solemnemente su compromiso de reducir a la mitad para 2015 el hambre en el mundo.
2. La Declaración del Milenio de 2000 consolida y reitera los compromisos contraídos en el decenio precedente y puede considerarse como la fase final del proceso de la Cumbre. Por primera vez en un documento de este tipo, se hace hincapié en que sin políticas ni mecanismos para movilizar recursos públicos y privados a una escala mucho más amplia, no podrán conseguirse los objetivos de desarrollo del milenio acordados respecto de la reducción de la pobreza y el hambre y del desarrollo social y sostenible. Así pues, la Declaración es un punto de partida para una acción renovada en el siglo XXI. La Conferencia Internacional sobre la Financiación para el Desarrollo puede poner remedio a los fracasos registrados hasta ahora y corregir las tendencias imperantes estableciendo como objetivo principal la provisión de fondos suficientes para alcanzar los objetivos de desarrollo del milenio.
3. La Conferencia Internacional sobre la Financiación para el Desarrollo brinda la oportunidad de poner fin a una paradoja que ha caracterizado el decenio de 1990: el hecho de que mientras que el compromiso mundial de avanzar en la lucha contra la pobreza parecía ir cobrando fuerza y los medios para hacer frente a este problema aumentaban, el volumen de recursos realmente movilizados iba disminuyendo año tras año. La desproporción entre el compromiso y la acción ha aumentado, lo que inevitablemente plantea dudas sobre la autenticidad de este compromiso.
4. En el presente documento se examina la financiación con vistas a conseguir los objetivos de desarrollo del milenio desde el punto de vista de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA) y el Programa Mundial de Alimentos (PMA), las tres organizaciones de las Naciones Unidas con sede en Roma que se ocupan de la alimentación, la agricultura y el desarrollo rural. En este documento se muestra como el hambre generalizado es un obstáculo para el crecimiento global y para las actividades tendentes a reducir la pobreza. Por otra parte, se hace hincapié en que para reducir la pobreza, el hambre y la inseguridad alimentaria es fundamental movilizar recursos y emplearlos cuidadosamente a fin de lograr la máxima efectividad. En este contexto se ilustra como los recursos destinados a la lucha directa contra el hambre y al desarrollo agrícola y rural contribuyen de modo sustancial y sostenible a la mitigación general de la pobreza.