Respuestas
Respuesta:
El libro de 2 Reyes describe la historia del Reino del Norte (Israel) y del Reino del Sur (Judá), haciendo hincapié en los éxitos y fracasos espirituales de cada reino. También explica por qué Israel y Judá perdieron la protección de Jehová y fueron conquistados.
Explicación:
Respuesta:
En la Biblia hebrea los libros de 1º y de 2º de Reyes están combinados en un solo libro de Reyes. Se les llama apropiadamente Reyes por el hecho de que relatan las vidas de varios gobernantes del reino de Dios, comenzando por Saúl y David hasta la división del reino bajo Roboam, el hijo de Salomón. A continuación estos dos libros siguen el curso de las diversas dinastías en Israel, el reino del norte, y la única dinastía de la casa de David en el reino del sur de Judá. En cada uno de estos casos, la luz se concentra siempre sobre el rey, y es lo que hace el rey en relación con Dios lo que determina cómo le va a la nación. El carácter del reino lo decide en gran medida el carácter del rey. Cuando el rey andaba con Dios en obediencia y humildad, adorando y obedeciendo a Dios en el templo de Jerusalén (o posteriormente en Samaria en el reino del norte), la bendición de Dios, manifestada en forma de prosperidad y de victoria, caía sobre el reino. No había semejante bendición para el reino del norte porque no tenía reyes santos, pero en el reino del sur, en la casa de David, se obtenía la victoria y había prosperidad cuando los reyes santos aparecían de vez en cuando. Las lluvias caían a su debido tiempo, crecía la cosecha y florecía la economía de la tierra. Obtenían la victoria sobre sus enemigos, incluso cuando estos se aliaban en su contra, consiguiendo siempre la victoria cuando el rey caminaba con Dios.
Pero cuando el rey desobedecía y adoraba a otros dioses, de inmediato había hambre, sequías e invasiones, y la tierra padecía situaciones muy difíciles y extremadamente graves. Cuando los reyes obedecían, eran siempre figuras de Cristo, como en el caso de David, de Salomón, de Ezequías, de Joás y de Josafat. Pero cuando desobedecían eran imágenes o figuras del anticristo, del hombre de pecado que aún ha de aparecer en la tierra. Jesús mismo le dijo a Israel refiriéndose al anticristo: "Yo he venido en nombre de mi Padre y no me recibís; si otro viniera en su propio nombre, a ese recibiríais" (Juan 5:43). Es precisamente este hombre de pecado, la quintaesencia del mal humano, el que representan estos reyes de Israel y de Judá al desobedecer a Dios.
El hecho que hace que estos libros resulten siempre fascinantes para nosotros es que este reino de Israel es una imagen del reino que es nuestra propia vida. La nación de Israel fue especialmente elegida de entre las naciones para que representase la vida humana individual. Dios eligió a Israel, que no ocupó un lugar destacado ni obtuvo el favor de Dios gracias a sus propios esfuerzos, sino que fue Dios el que eligió a esta nación. Él fue quien la formó, la moldeó, y produjo una nación que habría de convertirse en una muestra para el mundo entero de lo que Dios está dispuesto a hacer en cualquier vida en particular. Al leer estos libros, nos encontraremos en el centro mismo de los problemas, de las bendiciones y de las posibilidades que se reflejan en estos libros de los reyes.