• Asignatura: Castellano
  • Autor: luisaemail99com
  • hace 1 mes

porfa resumen nadie me ayuda y no se como sacar el resumen de esta parte


Sus ojos están unos tres centímetros por debajo de donde deberían estar, casi a
mitad de camino de las mejillas. Están inclinados hacia abajo formando un
ángulo exagerado; casi parecen unos cortes diagonales que alguien le hubiera
hecho en la cara, y el ojo izquierdo está sensiblemente más bajo que el derecho.
Se le salen de las órbitas porque estas son demasiado superficiales para darles
cabida. Los párpados de arriba siempre los tiene medio cerrados, como si
estuviera a punto de dormirse. Los párpados de abajo los tiene tan caídos que casi
parece que alguien estuviese tirando de ellos hacia abajo con un hilo invisible: se
puede ver la parte roja de dentro, casi como si estuviesen vueltos del revés. No
tiene cejas ni pestañas. Su nariz es desproporcionadamente grande para el
tamaño de su cara, y bastante carnosa. Donde deberían estar las orejas, parece
como si alguien hubiese usado unos alicates gigantescos para aplastarle la parte
media de la cara. No tiene pómulos. Unos pliegues profundos que parecen de
cera le bajan de ambos lados de la nariz hasta la boca. A veces, la gente cree que
se quemó en un incendio: es como si sus rasgos se hubiesen derretido, como las
gotas de cera que caen por los lados de una vela. Varias operaciones para
arreglarle el paladar le han dejado unas cuantas cicatrices alrededor de la boca;
la que más se nota es un corte irregular que va desde la mitad del labio superior
hasta la nariz. Los dientes de arriba los tiene pequeños y separados. Tiene
retrognatismo severo y una mandíbula mucho más pequeña de lo normal. Su
barbilla es diminuta. Cuando era muy pequeño, antes de que le implantasen
quirúrgicamente un trozo del hueso de la cadera en la mandíbula inferior, no
tenía nada de barbilla. La lengua le colgaba fuera de la boca sin nada debajo
para impedírselo. Afortunadamente, ahora está mejor. Al menos puede comer:
cuando era más pequeño, se alimentaba a través de un tubo. Y puede hablar. Y
ha aprendido a mantener la lengua dentro de la boca, aunque le costó varios años
de aprendizaje. También ha aprendido a controlar el babeo; antes, la baba le caía
por el cuello. Todas estas cosas se consideran milagros. Cuando era un bebé, los
médicos creían que no sobreviviría.
También puede oír. Casi todos los niños que nacen con estos defectos de
nacimiento tienen problemas en el oído medio que les impiden oír, pero de
momento August oye bien a través de sus diminutas orejas con forma de coliflor.
Los médicos creen que, con el tiempo, tendrá que llevar audífonos. August no
quiere oír hablar del tema. Cree que los audífonos se notarán demasiado. Yo no le
digo que los audífonos serían la menor de sus preocupaciones, porque estoy
segura de que lo sabe.
Aunque la verdad es que no estoy muy segura de qué es lo que sabe o deja
de saber August, ni de lo que entiende o deja de entender.
¿August se da cuenta de cómo lo ven los demás, o se le da tan bien fingir que
no ve que ya ni le molesta? ¿O sí le molesta? Cuando se mira en el espejo, ¿ve al
Auggie que ven mamá y papá, o ve al Auggie que ven todos los demás? ¿O verá
a otro August, alguien ideal más allá de su cabeza y su cara deformes? A veces,
cuando miraba a mi abuela, por debajo de sus arrugas veía a la chica guapa que
había sido. Veía a la chica de Ipanema en sus andares de señora mayor. ¿August
se ve a sí mismo tal como podría haber sido?
Ojalá pudiese preguntarle estas cosas. Ojalá me dijese cómo se siente. Antes
de las operaciones era más fácil adivinarlo. Sabías que cuando entrecerraba los
ojos estaba contento; que cuando fruncía los labios estaba pensando en alguna
travesura; que cuando le temblaban las mejillas estaba a punto de llorar.
Ahora tiene mejor aspecto, de eso no cabe duda, pero las señales que
usábamos para evaluar su estado de ánimo han desaparecido. Hay otras nuevas,
claro. Mamá y papá saben interpretarlas. Amí me cuesta trabajo mantenerme al
día. Además, hay una parte de mí que no quiere seguir intentándolo: ¿por qué no
puede decir lo que siente, como todo el mundo? Ya no lleva un tubo traqueal en la
boca que le impide hablar ni tiene la mandíbula inmovilizada. Tiene diez años.
Puede hablar. Pero giramos a su alrededor como si aún fuera un bebé.
Cambiamos de planes, pasamos al plan B, interrumpimos conversaciones,
incumplimos promesas, dependiendo de su estado de ánimo, de sus caprichos, de
sus necesidades. Eso estaba bien cuando era pequeño, pero ahora necesita
madurar. Tenemos que dejarle, ayudarle, obligarle a madurar. Yo creo que
hemos pasado tanto tiempo intentando hacer que August piense que es normal
que ahora piensa que es normal. El problema es que no es normal.

Respuestas

Respuesta dada por: gehonadab2svc
0

Respuesta:

f,krfkfkfkfktk reforma, 4krkf k4orof

Preguntas similares