• Asignatura: Psicología
  • Autor: marisololmoscruz
  • hace 2 días

surge de una visión más realista de la persona psicología

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Respuesta dada por: davidalejandrogalleg
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Respuesta:

al Ben-Shahares profesor de Psicología Positiva en Harvard, la asignatura que cuenta, desde hace años, con más solicitudes de inscripción por parte de los estudiantes de la prestigiosa universidad. En su libroLa búsqueda de la felicidad (Alienta), el psicólogo repasa las últimas novedades de su campo de estudio, ofreciendo un completo manual para alcanzar el bienestar. Como explica el psicólogo, la búsqueda de la perfección suele ser el principal motivo de nuestra infelicidad y para mitigar esta debemos aprender a relativizar el éxito, tal como explica en el siguiente extracto del libro. Cuando era pequeño, lo que más me gustaba de la televisión era un programa de deportes que se llamaba, a raíz del eslogan de las olimpíadas, «Faster, Higher, Stronger». Cada martes por la noche, durante una hora, permanecía pegado a la pantalla, lamentando que el Manchester United hubiera ganado al Liverpool en la final de la FA Cup y celebrando la victoria de los Boston Celtics sobre los Phoenix Suns en la tercera prórroga, admirando la actuación sobrehumana de Daley Thompson en el decatlón y el perfecto diez de Nadia Comaneci en las paralelas. Al igual que mis héroes de la pantalla en blanco y negro, yo también quería correr más rápido, saltar más alto y ser más fuerte. El deseo de mejorar forma parte de la naturaleza humana y es de gran utilidad, ya que se convierte en el responsable del progreso personal y de la sociedad. Llevado al extremo, sin embargo, puede causar más perjuicio que beneficio. El psicólogo Nathaniel Branden habla del síndrome del «nada es suficiente»: la incapacidad de muchos de estar satisfechos con lo que tenemos o con quienes somos.

Diane Ackerman describe el síndrome del siguiente modo: «¿Por qué estamos tan obsesionados con mejorar todo lo que nos rodea: el césped, la carpintería de aluminio, nuestras oportunidades, nosotros mismos? Independientemente de nuestro talento, físico o buena suerte, nos sentimos inadecuados y deseosos de tener algún genio o atractivo, o energía o serenidad extra». Nuestra insatisfacción permanente nos condena al sinsabor constante, ya que, como humanos, siempre podemos mejorar, e incluso un diez sólo se convierte en una satisfacción temporal hasta la próxima competición. Como jugador de squash y, más tarde, como universitario, me sentía obligado a vivir conforme a un estándar de perfección que me había marcado a mí mismo. Y si bien objetivamente todo parecía genial —académicamente, en la pista de squash y socialmente—, la realidad era que estaba siempre estresado, insatisfecho y frustrado. Mis éxitos académicos y de otro tipo no me proporcionaban la satisfacción que anhelaba, porque cuando obtenía buenos resultados, la sensación de satisfacción era efímera e inmediatamente volvía a poner la mirada en el próximo objetivo, en la próxima cumbre. Nada era nunca suficiente. Pero ¿quiere decir esto que el deseo de triunfar siempre tiene que producir dolor? ¿Deberíamos dejar de intentar mejorar y conformarnos con lo que somos? Según William James, padre de la psicología norteamericana, la autoestima es el ratio entre el éxito y las aspiraciones, entre lo bien que hacemos las cosas y lo que tenemos intención de hacer.

Explicación:

Me das corona por Favor y Te sigo

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