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Respuesta:Un goshi, cuyo nombre era Miyata Akinosuke vivió en la provincia de yamato. Akinosuke tenía un hermoso jardín. En el existía un antiquísimo cedro, bajo cuyos amplios y elevadas ramas solía dormir ahí en tiempo de calor bochornoso, en esos días en que era imposible permanecer en casa. Una tarde se encontraba echado en compañía de dos amigos, bajo la sombra del magnífico árbol. Bebían y charlaban alegremente. De pronto Miyata se sintió muy amodorrado, tan amodorrado que tuvo que rogar a sus amigos que le dispensaran el que durmiera una pequeña siesta delante de ellos. Se coloco en posición cómoda, junto el tronco del árbol y soñó lo siguiente:
Miyata Akinosuke empezó su sueño creyendo ver que mientras que estaba descansando en su jardín aparecía a los lejos una larguísima procesión, igual al cortejo del gran señor que descendía lentamente en la colina próxima, y que el subió una altura para contemplarla mejor. Era una procesión tan larga que Miyata no recordaba haber visto nunca otra parecida. Y la procesión avanzaba hacia su jardín. Observo que el cortejo venia una inconsiderable numero de jóvenes lujosamente vestidos.
Y un hombre, adornado con enormes cintas y emblemas, persona de alto rango sin duda alguno, avanzo hasta Miyata, se inclino reverentemente y le dijo:
-honorable señor mi señor rey, me manda a saludarlos, en su augusto nombre y a ponerme por completo a nuestra disposición. También me ordena que les informe que su augusta voluntad deseo verlos en el palacio. Al oír estas palabras, Miyata quiso hacer algunas objeciones pero que sorprendido al notar que apenas podía expresar los sonidos y en eso momento le apareció que su voluntad lo abandonaba y se vio obligado a cumplir todo lo que propuso.
Era muy poco tiempo, según le apareció al alucinado, el carruaje llego frente a una entrada, tendría una altura de dos pisos de altura, y era de un estilo chino que jamás había visto.
Después de una corta espera Akinosuké vio salir a dos hombres de apariencia noble, que iban vestidos con trajes de purpura y se cubrían con altos gorros cuya forma indicaba la alta categoría de su dueño.
Al momento Akinosuke despertó estaba junto al cedro de su mismo árbol. Durante los primeros momentos estupefacto, pero enseguida diviso a sus compañeros, todavía sentado cerca de él, bebiendo y charlando. Los contemplo de un modo aturdido y grito: ¡qué extraño!
Miyata debe de haber soñando exclamo riéndose uno de sus amigos, ¿Qué habrá visto? ¿Qué era lo extraño?
Entonces refirió su sueño, el maravilloso sueño de los veintitrés años de estancia en la isla de Raishu. Y se quedaron asombrados de que hubiera podido soñar tanto en tan poco minutos como estuvo dormido
Explicación:espero la ayude