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Según los evangelios sinópticos, Jesús eligió a sus primeros apóstoles en Galilea en el lago Tiberíades (también llamado lago Genesaret y mar de Galilea) al comienzo de su predicación. Los primeros cuatro discípulos a ser llamados fueron dos pares de hermanos, Andrés, Pedro, Santiago y Juan. Jesús los vio haciendo sus negocios de pesca y los invitó a ir con él, y dejaron sus redes y lo siguieron. El Evangelio Según Lucas asocia con la llamada de los primeros discípulos el episodio de la pesca milagrosa.
Según el Evangelio Según Juan Jesús llamó a los primeros discípulos casi inmediatamente después de su bautismo y el evento tuvo lugar cerca de Betania, Judea. Juan el Bautista, mientras que con dos de sus discípulos, señaló a Jesús como el Cordero de Dios, y los dos hombres (Andrés y otro discípulo cuyo nombre no se menciona) lo siguieron. Andrés luego fue a su hermano Pedro diciendo que había encontrado al Mesías y lo llevó a Jesús. Más tarde, el evangelista relata las llamadas de Felipe y Natanael, no narradas por los sinópticos. Este Evangelio no dice nada sobre el llamado de Mateo, contado por los tres sinópticos.
Hay diferencias entre los evangelios sinópticos y el Evangelio de Juan en cuanto a dónde y cuándo fueron elegidos los primeros apóstoles. Según algunos comentaristas, estas diferencias no serían irreconciliables. De hecho, como dice el Evangelio de Juan, es posible que el primer encuentro de Jesús con Andrés, Pedro y Juan (que según la tradición es el discípulo cuyo nombre no se menciona) tuviera lugar en Betania poco después de su bautismo. Después del regreso a Galilea es Jesús de sus futuros discípulos (que después de la detención de Juan el Bautista volvería a su ciudad tomando la profesión de pesca), habría ocurrido en el lago de Tiberíades, un nuevo encuentro que habría dado lugar a la llamada definitiva por parte de Jesús, de los tres hombres (con la adición de Santiago, el hermano de
Según varios comentaristas, el episodio de la llamada de los primeros discípulos contiene poca crónica y mucha teología. Las sinópticas comunican que Jesús llama a las personas a seguirlo donde están, en la situación concreta de su vida cotidiana. Ser discípulos de Jesús significa dejar el tipo de vida conducido hasta ese momento: las cosas que antes eran necesarias se vuelven secundarias. La identidad del que está llamado a ser discípulo permanece, pero cambia el objeto de su acción. El Evangelio de Lucas enfatiza que los discípulos siguen a Jesús no sólo después de escucharlo hablar, sino después de presenciar eventos prodigiosos en sus manos. El Evangelio de Juan, por otro lado, muestra que los primeros discípulos de Jesús fueron hombres en busca, esperando al Mesías y al Reino de Dios. Partiendo de la indicación de Juan el Bautista, que como precursor de Jesús tenía la función de prepararle el camino, reconocerlo y señalarlo, surge en ellos el deseo de un encuentro personal con Jesús. Con la pregunta que estás buscando? "Jesús los invita a aclarar el significado de su búsqueda, pero responden con otra pregunta, ¿Dónde vives?" , con la que quieren saber quién era Jesús y la familia de la que vino, elementos en su momento importantes para determinar el prestigio social de una persona. En lugar de responder, Jesús los invita a ir con él, es decir, a darle confianza, una condición esencial para la continuación de la relación. Integrando el relato de la sinóptica con el de Juan, se deduce que el seguimiento de Jesús es un camino marcado por varios pasajes, en los que la iniciativa de Jesús es decisiva, pero requiere por parte del discípulo una actitud de investigación y disponibilidad.
Explicación:
Dame coronita porfas