¿Cómo te le declaraste a tu novia?, le pregunté a un alumno del curso de
publicidad. Lo hice tras escuchar sus enérgicas quejas porque, según él, los
anuncios se solían basar en exageraciones muchas veces no demostrables.
Le pregunté por su declaración de amor por varios motivos. El primero de ellos
es porque soy un gran defensor de la publicidad emocional: el arte de seducir y
enamorar tiene mucho que ver con nuestra profesión.
Y una declaración de amor puede ser un excelente anuncio que apele a las
emociones del receptor. ¿Quién no ha prometido alguna vez a su pareja que lo
convertirá en la persona más feliz del mundo? Obviamente que se trata de un
difícil cometido, entre otras porque sólo puede haber una persona que sea “la
más feliz del mundo”, y ya es casualidad que sea precisamente nuestra pareja.
Y que lo sea, además, gracias a nuestros méritos y virtudes.
Pero seducir requiere esas gotas de pasión y de UTOPÍA. Y yo nunca podría
acusar a ningún enamorado de haber mentido prometiendo la felicidad
absoluta, si era éste el dictado de su corazón. Mentir o manipular sería otra
cosa, como alardear de tener un sueldo o una posición social determinada
cuando no es cierto. Pero apelar a la emoción y recurrir al sensacional “contigo
al fin del mundo” es un arma de seducción que nos hace a todos la vida mucho
más agradable.
“Qué feliz serás conmigo” es un argumento mucho más atractivo y contundente
que “¡mira que guapo soy!”, aunque objetivamente pueda ser más demostrable
lo segundo que lo primero. La publicidad debe hablar al consumidor, prometerle
algo, seducirle. Ir más allá de la realidad.
Diciendo “¡mira que guapo soy!” hablamos del producto. Prometiendo “qué feliz
serás conmigo” hablamos al consumidor del beneficio que obtendrá con él, y
eso es siempre preferible.
La publicidad es la “Celestina” que pone en contacto producto y consumidor,
procurando que se produzca el flechazo. Y una buena Celestina conoce al
novio y a la novia, efectivamente, pero desarrolla todo su trabajo en la
estrategia para encontrar el punto de confluencia, el nexo de unión. Para
acercar uno a otro.
En eso estamos nosotros a estas alturas del proceso publicitario. Conocemos al
novio y a la novia, al producto y al consumidor, las ventajas de uno y las
necesidades del otro. Pero necesitamos que algo se mueva. Nuestra estrategia
es simplemente, acercarlos.
El Libro Rojo de la Publicidad. Luís Bassat.
necesito encontrar palabras multiformes ayudaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa
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mucho textooo pidele ayuda a tus padres xd
zhailemilthtorres44:
xd
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