OPCIÓN A
Responda al tema Revolución liberal en el reinado de Isabel II. Carlismo y guerr 4 civil. Construcción
y evolución del Estado liberal, y analice y justifique la relación con el mismo de los siguientes
documentos:
Documento 1:
Abrazo de Verg ara (grabado, 1839)
Prueba de Selectividad, Andalucia, Reserva B, 2013-2014, HISTORIA DE ESPANA
Respuestas
Respuesta dada por:
1
El Abrazo de Verg4ra (grabado, 1839) se trata de una grabado realista del siglo XIX que retrata, en primer plano, el abrazo de los generales Baldomero Espartero, comandante de las tropas isabelinas, y a Rafael Marot, regente de las tropas de las carlistas en el País Vasco y Navarra. En segundo plano en la imagen, se muestran las tropas liberales y carlistas, estas últimas caracterizadas por su típica boina. Esta escena gráfica describe el momento en el que se realizó el convenio homónimo que puso fin a la Primera Guerra Carlista, dando inicio a la instauración del liberalismo en España.
Este conflicto civil carlista surgió primeramente como una problemática dinástica, debido a que luego de la muerte Fernando VII, llamado «el Deseado», su hermano Carlos María Isidro de Borbón, apoyado por los partidarios absolutistas de la corte, se oponían fuertemente a que el sucesor del trono fuera la menor Isabel II y, por defecto, que el reinado fuera tomado por su madre hasta el cumplimiento de su mayoría de edad. No obstante, la primera guerra no solo significó un conflicto dinástico, sino también una guerra de ideales, entre absolutistas y liberalistas, que se sostenía en un periodo histórico marcado por la transformación de las políticas de gobierno en formas más liberales y con un parlamento más participativo.
Este conflicto tuvo una extensión de 6 años, desde 1833 a 1839, y cual fue conducido por el general isabelino Esparteto y el general Maroto. En esta época hubo mucha intermitencia en la violencia y los enfrentamientos. Aunque al inicio de la problemática los carlistas tuvieron mucha popularidad en regiones como Navarra, Aragón, Cataluña y País Vasco, esta poco a poco se va extinguiendo y los carlistas, a la mitad de la guerra, no logran obtener apoyo popular para luchar a favor de sus objetivos. Al final de la guerra, el partido se dividió en un grupo que esperaba la continuidad de la lucha y otro que esperaba lograr algún tipo de acuerdo con las tropas isabelinas, manifestando la derrota.
Así, el grabado retrata la firma de ese tratado o convenio, firmado en Oñat (Guipúzcoa) el 31 de agosto de 1839, en el que se establecía la amnistía para las tropas carlistas y la conservación de sus derechos militares. No obstante, este acto no logró terminar con los conflictos entre el carlismo y el liberalismo, puesto que la segunda Guerra Carlista sucedió entre 1846 y 1849, dirigida por la descendencia de Carlos María Isidro de Borbón, y la tercera se libró en oposición al reinado del Italiano Amadeo I, en 1871, luego de que Juan Prim instaurara un gobierno democrático para el país.
Este conflicto civil carlista surgió primeramente como una problemática dinástica, debido a que luego de la muerte Fernando VII, llamado «el Deseado», su hermano Carlos María Isidro de Borbón, apoyado por los partidarios absolutistas de la corte, se oponían fuertemente a que el sucesor del trono fuera la menor Isabel II y, por defecto, que el reinado fuera tomado por su madre hasta el cumplimiento de su mayoría de edad. No obstante, la primera guerra no solo significó un conflicto dinástico, sino también una guerra de ideales, entre absolutistas y liberalistas, que se sostenía en un periodo histórico marcado por la transformación de las políticas de gobierno en formas más liberales y con un parlamento más participativo.
Este conflicto tuvo una extensión de 6 años, desde 1833 a 1839, y cual fue conducido por el general isabelino Esparteto y el general Maroto. En esta época hubo mucha intermitencia en la violencia y los enfrentamientos. Aunque al inicio de la problemática los carlistas tuvieron mucha popularidad en regiones como Navarra, Aragón, Cataluña y País Vasco, esta poco a poco se va extinguiendo y los carlistas, a la mitad de la guerra, no logran obtener apoyo popular para luchar a favor de sus objetivos. Al final de la guerra, el partido se dividió en un grupo que esperaba la continuidad de la lucha y otro que esperaba lograr algún tipo de acuerdo con las tropas isabelinas, manifestando la derrota.
Así, el grabado retrata la firma de ese tratado o convenio, firmado en Oñat (Guipúzcoa) el 31 de agosto de 1839, en el que se establecía la amnistía para las tropas carlistas y la conservación de sus derechos militares. No obstante, este acto no logró terminar con los conflictos entre el carlismo y el liberalismo, puesto que la segunda Guerra Carlista sucedió entre 1846 y 1849, dirigida por la descendencia de Carlos María Isidro de Borbón, y la tercera se libró en oposición al reinado del Italiano Amadeo I, en 1871, luego de que Juan Prim instaurara un gobierno democrático para el país.
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