OPCIÓN B

Responda al tema La Guerra Colonial y crisis de 1898, y analice y justifique la relación con el mismo de
los siguientes documentos:

DOCUMENTO 2

La polémica del Desastre

“¿Qué quería S.S. que hubiese hecho? ¿Qué ante ese ultimátum requiriéndonos para que
abandonáramos Cuba hubiésemos cedido en el acto y les hubiéramos entregado Cuba sólo porque los
norteamericanos la querían? ¡Ah! Su Señoría que se lamenta de cómo ha venido el ejército español, Su
Señoría que se lamenta de la situación en que se halla España, ¿cómo se lamentaría... si hubiéramos
cedido sin más ni más a la pretensión de los Estados Unidos de despedirnos, como se puede despedir a
un lacayo, de un país en que llevábamos 400 años de dominación y en que teníamos 200.000 soldados y
entre voluntarios y guerrilleros otros 100.000, es decir, un ejército de 300.000 hombres? ¡Ah! ¿Era eso
posible? Claro está que nosotros no podíamos hacer más de lo que hemos hecho, defendiéndonos de la
agresión como hemos podido y hasta donde hemos podido; hemos sido vencidos, pero después el
vencido no ha quedado deshonrado; en cambio, si nuestros soldados hubieran venido sin hacer la más
mínima resistencia... ¡ah! entonces España hubiera quedado borrada del número de las naciones
civilizadas y nuestro ejército no hubiera venido cubierto por la desgracia ni la nación sería en estos
momentos desgraciada; no, nuestro ejército hubiese venido cubierto de oprobio y la nación española
sería una nación despreciable, [...]”.

Sagasta [Presidente del Consejo de Ministros] a Salmerón.

Diario de Sesiones del Congreso, 23 de febrero de 1899.

Prueba de Selectividad, Andalucia, Reserva A 2015-2016, HISTORIA DE ESPANA

Respuestas

Respuesta dada por: veronicaanais
3

Durante el siglo XIX, España sufrió la pérdida de los últimos residuos de su viejo imperio colonial frente al empuje irresistible del nuevo imperialismo norteamericano. La pérdida de Cuba, Puerto Rico y Filipinas, significó un gran golpe para la opinión pública española, dando lugar a la llamada “crisis del 98”


El estallido del conflicto se vio motivado por los siguientes hechos:

·         Inexistencia de una política colonial

·         El imperialismo norteamericano, en necesidad de nuevos mercados donde ubicar los excedentes de producción y de capital, fijó su atención en los territorios españoles del Pacífico y del Caribe.


La insurrección fue liderada por un grupo de independentistas a cargo de José Martí. La actitud negociadora del Gral Martínez Campos, se convirtió en una táctica militar de aplastamiento a la insurrección. Por negarse a tomar medidas en contra de la población civil, se solicitó su regreso a la península, y es por esto que al gobierno no le quedó otra salida que enviar al general Weyler, quien dividió el territorio mediante largas líneas fortificadas al mar, para evitar el apoyo civil a los sublevados.


Se entraba así en una guerra larga y dura como consecuencia del envío de armas,  municiones y equipamientos varios a los independentistas desde Estados Unidos. Desde ese momento se intensificó la intervención de Estados Unidos mediante una nota del gobierno norteamericano ante el español que protestaba por la dureza del Gral Weyler, al tiempo que exigía rápida pacificación de la isla. Meses después, el presidente Mckinley amenazó con una intervención militar si España no accedía a la venta de la isla por 300 millones de dólares, oferta que fue rechazada, tanto por la regente María Cristina como por el gobierno.


El movimiento autonomista criollo se desarrolló en Puerto Rico a partir del descontento generado por la miseria, el analfabetismo y la estructura agraria patriarcal de los cultivadores de azúcar y café, acrecentando la insurrección cubana el sentimiento independentista puertorriqueño. No obstante, las manifestaciones de fidelidad a España fueron constantes. Fue la decisión norteamericana de apoderarse de este territorio lo que decidió el futuro de esta isla.


La insurrección filipina tuvo su origen en el descontento de ciertos grupos indígenas con la administración española y con las órdenes religiosas, cuyos intereses materiales parecían prevalecer sobre los apostólicos. Este descontento derivó hacia unos sentimientos independentistas que fueron canalizados por José Rizal.


La expansión del movimiento independentista se generalizó coincidiendo con el envío de un general español, tras una enérgica y metódica acción militar que acabó con el conflicto. Y en el intento de Emilio Aguinaldo de retomar el conflicto por Filipinas, éste coincidió con el inicio de la guerra hispanoamericana.


La guerra hispanoamericana comenzó con el hundimiento, en 1898, del acorazado Maine, fondeado en la bahía de la Habana con la excusa de proteger los intereses norteamericanos en Cuba. La guerra comenzó después del ultimátum norteamericano que exigía a España la renuncia inmediata a su soberanía sobre Cuba, y se desarrolló en dos escenarios muy alejados entre sí: el Pacífico y el mar de las Antillas, en el océano Atlántico.


El Tratado de París (1898) fue un dictado de exigencias norteamericanas que España tuvo que acatar sin posibilidad de réplica, de cuya ratificación fueron excluidos cubanos, filipinos y puertorriqueños. Por este tratado España cedía a los EEUU: Puerto Rico, Islas Guam, Filipinas y reconocía la independencia de Cuba. En definitiva, mientras las potencias europeas, lanzadas a la carrera colonial, se repartían el mundo. España quedaba no sólo marginada del reparto, sino que perdía sus posesiones.


El desastre del 98 abrió un debate sobre las responsabilidades de la guerra, el revisionismo político y el regeneracionismo social. Aunque España nunca debió aceptar la guerra, las clases dirigentes no supieron afrontar la impopularidad que hubiera supuesto un enfoque realista de la cuestión.


El 98 marcó, junto con el fin del dominio colonial, la irrupción de la burguesía no integrada en los bloques de poder, de la pequeña burguesía, de los intelectuales y de la clase obrera, en la crítica y en el replanteamiento de España como nación y de las posibles salidas a la realidad sociopolítica del país. 


En el documento 2 tenemos al Presidente del Consejo de Ministros el 23 de Febrero de 1899, el cual discute un escenario distinto ante la Guerra con Estados Unidos, donde la opción de rendirse ante el ultimátum que ésta potencia había impuesto a España no hubiese implicado la desgracia que vivía España luego de la humillación no solo de la derrota en la guerra, sino del Trata de Paz posterior.


PRUEBA DE SELECTIVIDAD ANDALUCIA RESERVA A 2015-2016 HISTORIA DE ESPAÑA

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