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Respuesta:
Tenemos el gusto de presentar un texto que –como otros que siguen esperando
ocasión– hacía falta. Vivimos una época en que los fuegos de artificio de ejercicios
gubernamentales presuntamente progresistas pueden obscurecer la conciencia y la
memoria. Pero si hoy tal vez es cierto que estamos (o podríamos estar) dejando
atrás “la larga noche neoliberal”, buena parte de eso se la debemos a los
movimientos sociales que, desde que el modelo comenzó a implementarse,
emprendieron una larga y difícil resistencia, a veces visible, a veces subterránea.
Se trata de multitudes que juntaron sus esfuerzos, sus voluntades y sus conciencias
para buscar cambios, pero es una historia poco conocida. El desánimo que
acompañó a las primeras derrotas y el achatamiento de miras y conciencias que
acompañó a la consolidación del neoliberalismo pusieron una barrera frente a la
historia inmediata. Remover las barreras, sobre todo las del pensamiento, no es
asunto fácil. Por eso resaltamos la importancia de un trabajo como el de Raúl Borja,
no como un punto de llegada sino como el inicio de un camino, que necesariamente
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