Respuestas
Respuesta:
No son pocos los desafíos globales que enfrenta la agricultura en este momento. Debe
suplir las necesidades de alimentos de una creciente población mundial con mayor poder
adquisitivo, atender la demanda de biocombustibles y energías renovables, superar las
pérdidas en rendimiento por condiciones climáticas adversas, aumentar la producción con
poca disponibilidad de tierra y contribuir con prácticas y procesos más sostenibles. Es
decir producir más con menos.
Los sistemas de producción agrícola: convencional, orgánico y transgénico tienen el reto
de suplir la creciente demanda de alimentos. Aunque cada uno tiene ventajas y
desventajas frente a este desafío, para llegar a ellas es necesario definirlos y
caracterizarlos.
Producción orgánica:
Se hace en áreas libres de agronómicos por 3 años o más.
Las semillas y todos los insumos no pueden haber usado agroquímicos en
su producción.
Se usan métodos naturales para combatir las plagas (rotación, control manual de
plagas, abonos naturales (estiércol) y se pueden usar algunos químicos minerales
como azufre y cobre pero para fertilizar no se pueden usar abonos minerales como
Potasio y Fósforo.
No es factible en grandes extensiones”
Producción convencional:
Sistema que utiliza todas las herramientas tecnológicas disponibles:
Prepara el suelo con labranza mínima o intensiva.
Utiliza semillas tradicionales, semillas mejoradas y certificadas como semillas tratadas.
Nutre y protege al cultivo con tecnologías de síntesis química u orgánicos.
Tiende a ser más extensiva y productiva por el uso de las herramientas que facilitan esta
modalidad.
2
Producción con transgénicos:
Idéntico al convencional previamente descrito más el uso de la herramienta de semillas
transgénicas.
Hoy son básicamente 4 cultivos: (soja, maíz, canola, algodón).
Resuelve los problemas de algunos insectos y facilita el uso de algunos herbicidas. El
agricultor tendrá que usar otros productos para otras plagas en el mismo cultivo
(enfermedades, malezas, insectos).
Son las mismas semillas originales solo mejoradas – una herramienta más en las manos del
agricultor.
En función de aumentar la productividad, la principal desventaja de la producción
orgánica es que registra menores rendimientos, se calcula que produce entre un 20 y 40%
menos que la producción convencional y la transgénica. Un ejemplo ilustrativo con maíz,
muestra que un sistema de producción orgánico puede alcanzar 2,43 toneladas por
hectárea, el sistema convencional 3,24 toneladas por hectárea y el transgénico puede
obtener rendimientos de 6,6 toneladas por hectárea.
Frente a la sostenibilidad de la agricultura, si bien la producción orgánica deja una menor
huella ambiental, requeriría ampliar significativamente la frontera agrícola para mantener
la productividad.
La producción convencional y la transgénica exigen que el agricultor cuente con
conocimientos sobre el manejo responsable de las tecnologías para tener mayor eficiencia
en cuanto a rendimientos y a la protección de los recursos naturales. Situación que
demanda un compromiso de todos los eslabones de la cadena agrícola.
En los últimos años la oferta mundial de alimentos aumentó sustancialmente en función
del uso de nuevas tecnologías de producción relacionadas a los insumos como semillas
mejoradas, productos fitosanitarios, irrigación, maquinaria, entre otros. En cuanto a
sistemas convencionales y transgénicos, la tasa de adopción global sigue en aumento, más
de la mitad de la población mundial, es decir 4.000 millones de personas, viven en los 28
países que sembraron cultivos biotecnológicos en 2012.
En ese contexto la alternativa es aumentar la productividad utilizando todas tecnologías
disponibles y desarrollando nuevas. América Latina juega un papel importante en el
abastecimiento de alimentos, ya que participa a nivel mundial con el 42% de la soya, 44%
3
carne, 45% caña de azúcar, 45% de café y 80% de banano exportable. En el tema de
disponibilidad de tierras, el Banco Mundial (2010), menciona que América Latina es una
de las regiones con mayor potencial de expansión de tierras agrícolas y deberá producir el
50% del aumento de la demanda global para el 2020. Tenemos la oportunidad y el desafío
de producir más con menos, de ahí la necesidad de desarrollar tecnologías para aumentar
la productividad. La Industria de la Ciencia de los Cultivos invierte anualmente 7.300
millones de dólares en la investigación y desarrollo de nuevos productos para mejorar la
eficiencia de la producción de cultivos.
Explicación:
Respuesta:
Entre las ventajas, las más importantes podríamos decir que son las siguientes:
Fomenta la especialización.
Fomenta la inversión y la innovación.
El empleo es de mayor calidad.
Es un tipo de agricultura más rentable. Por otro lado, entre las desventajas, cabría decir que las más importantes son las que a continuación se exponen:
Requiere de una gran inversión de capital.
Suele ser más perjudicial para el ecosistema.
Se necesitan muchos recursos para su mantenimiento.
Es menos inclusiva con las economías en desarrollo.
Explicación: