Respuestas
Respuesta:
Jesús nos asegura que todos los que vayan a él no serán rechazados sino que resucitarán con él. El pan que baja del cielo no es una cosa, sino Alguien. Ese pan verdadero nos comunica la vida eterna, pero para recibirlo se necesita dar un paso, o sea, creer en Cristo. Después de la alianza de Dios con Israel en el Sinaí, con sus leyes y sus ritos destinados a educar a este pueblo, debían abrirse tiempos nuevos en que Dios se comunicaría con cada uno de sus fieles, de la misma manera que había hecho con los grandes profetas. Jesús recuerda estas promesas, pero añade algo nuevo: En Jesús, como en el perfecto espejo de Dios, descubrimos la voluntad del Padre sobre nosotros. Jesús es «la» Palabra de Dios; en él el Padre lo ha dicho todo, y las revelaciones más auténticas no pueden sino llevarnos a él.
Explicación:
La lectura nos presenta tres ideas importantes:
- Dios no quiere que nadie se pierda.
- Si construimos con Jesús aquí el reino del amor, Jesús nos llevará a participar de ese reino
- después de la muerte.
- Oramos por los fieles difuntos que quizás no estén listos para disfrutar de la totalidad de Dios.