• Asignatura: Salud
  • Autor: brenda2298
  • hace 1 mes

Leyes y normas sobre investigación en seres humanos.analizar:casos de investigación no Etica, especialmente en argentina​

Respuestas

Respuesta dada por: joseangelmendezcaste
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Respuesta:    Especialista de Programa para América Latina y el Caribe de Bioética y Ética de la Ciencia Programa de Filosofía Sector de Ciencias Sociales y Humanas de la UNESCO.

La ética de la investigación en Salud cristaliza una tensión entre los valores que subyacen a los derechos humanos universales, los objetivos y principios que rigen a la Medicina (en relación a la promoción de la salud y el bienestar de las personas), y el objetivo que persigue la investigación en Salud (generar conocimiento generalizable para mejorar la salud y el bienestar y/o aumentar la comprensión de la biología humana). Estos principios y objetivos pueden confrontar en el intento de lograr sus respectivas metas, y en el intento de orientar las prácticas en la investigación, de modo que sean respetuosas de los derechos humanos, se ha diseñado un marco ético normativo a tal fin.

El primer pronunciamiento internacional en tal sentido fue dado por el Código de Núremberg como expresión de la ruptura de un paradigma que había regido a la ciencia por casi dos siglos. Las investigaciones realizadas por médicos nazis en la Segunda Guerra Mundial fueron la clara demostración de que la búsqueda de objetivos de conocimientos puede estar completamente reñida con los intereses de los seres humanos y las sociedades y aún más, que las acciones llevadas a cabo por médicos e investigadores no están desprovistas de responsabilidad moral, bajo la premisa de una supuesta neutralidad moral de la ciencia. El Código de Núremberg rompe aquel paradigma, marcando el surgimiento de una nueva etapa en la investigación biomédica, en la que un modelo dialógico reemplazó al monológico que rigió las acciones en investigación hasta entonces. Ya no es un conjunto de normas propias e internas al campo de la biomedicina el que ha de regir las prácticas que llevan adelante los investigadores, sino que estas normas han de ser el resultado de un diálogo entre la biomedicina y las estructuras sociales y políticas, basándose en el respeto de los bienes y valores propios a la sociedad que subyacen a los derechos humanos.

No es casual que esta época coincida precisamente con la aprobación por parte de las Naciones Unidas de la Declaración Universal de los Derechos Humanos en 1945, la cual se presenta como el espejo en el que todas las prácticas deben reflejarse para encontrar la vía correcta que las oriente. Estos dos conjuntos de principios inauguran una etapa diferente de los marcos ético-normativos y las regulaciones de la investigación biomédica.

Desde entonces y hasta nuestros días se han aprobado numerosas normativas que han ido formando un marco internacional de pautas éticas progresivamente enriquecido, el cual gozó de consenso internacional hasta los años ’90. El documento más relevante en este sentido y que ha seguido a los dos antes mencionados, ha sido la Declaración de Helsinki, elaborada y aprobada por la Asamblea Médica Mundial (su primera versión fue en el año 1964) la cual contó con una legitimidad dentro de la comunidad médica que fue incrementándose desde su aprobación hasta los años ’90. Otros documentos internacionales que han ganado gran aceptación han sido las Normas CIOMS (1989, 1993, 2002), las Normas CIOMS epidemiológicas, el Convenio sobre Derechos Humanos y la Biomedicina (Oviedo, 1997), las Guías Operacionales para Comités de Ética que evalúan investigación biomédica (OMS, 2000) y los documentos que ha aprobado la UNESCO como la Declaración Universal sobre el Genoma Humano y los Derechos Humanos (1997), la Declaración Internacional sobre los Datos Genéticos Humanos (2003) y, particularmente, la Declaración Universal sobre Bioética y Derechos Huma

Por ello, uno de los temas centrales hoy de lases muy rica en ejemplo en los cuales este tipo de altruismo fue la base de gravísimas formas de abusos y de explotación de vulnerables y por ello no es justificable.

Un segundo punto central a tener en cuenta debe ser el valor científico de una investigación, que está dado por la corrección científico-técnica del diseño metodológico. Si una investigación no está bien diseñada, expondrá inútilmente a las personas a un proceso que dará resultados falaces y que, por tanto, no promoverá la salud y el bienestar para nadie. Ésta es la razón por la cual toda investigación debe ser evaluada por un/a experto/a en metodología de la investigación, que deberá ser parte del mismo CEI. No parece recomendable que haya dos comités, uno técnico y otro ético, porque ello volvería a aquella idea de la neutralidad moral de la ciencia con la que se rompió hace ya muchos años. Por tal motivo, la evaluación técnico-metodológica es parte de la evaluación ética y debe ser realizada por el propio CEI. Si esto se entiende bien, el Comité es responsable de la totalidad de la evaluación y no de algunas partes que algunos consideran más simples o prácticas como la hoja del CI.

Explicación: ajjaajja es mucho da igual espero y te ayude

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