Respuestas
Respuesta:
1. Incentivar el respeto por la diferencia: El respeto en las aulas se impulsa mediante las diferencias de cultura, lenguas, costumbres, género y discapacidades evitando así prejuicios y estereotipos. Los profesores deberían inculcar una sana convivencia entre todos los miembros del grupo y proponer metodologías más efectivas como dinámicas y ejercicios que permitan incluir cada una de las características de los integrantes, promoviendo así una participación más responsable y potencializando, los valores y características inherentes de cada estudiante.
2. Promover un ambiente saludable en el aula: Un contexto positivo puede tener un efecto favorable en los estudiantes, quienes se sentirán más motivados y con una mejor actitud hacia el aprendizaje. Es importante hacerlos sentir bienvenidos a clase sin importar la diversidad de personalidades, esto sin duda incrementará su sentido de pertenencia y, por consiguiente, el ambiente y la convivencia será más saludable entre profesores y alumnos.
3. Transmitir y fomentar la confianza en cada uno de los alumnos: Sin duda, cada individuo es diferente –ya sea en sus creencias, valores, cultura, preferencias, etc.– por ello, promover la confianza de los integrantes del grupo es vital, ya que potencializa las competencias de cada uno, fortalece su autoestima y permite mejores habilidades de expresión, mayor seguridad y confianza.
Explicación:
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