Respuestas
Respuesta: con una noticia para todo el mundo para entender todo
Explicación:
Hace pocas fechas, se celebró un coloquio de León [1]. El objeto del mismo era iniciar una reflexión sobre la teoría del Sujeto social, esto es, sobre el colectivo organizado que lucha con su praxis por la emancipación y contra la explotación. Tras la charla, una chica que, a modo de presentación, explicaba que hace […]
Hace pocas fechas, se celebró un coloquio de León [1]. El objeto del mismo era iniciar una reflexión sobre la teoría del Sujeto social, esto es, sobre el colectivo organizado que lucha con su praxis por la emancipación y contra la explotación.
Tras la charla, una chica que, a modo de presentación, explicaba que hace poco se había incorporado a la actividad organizativa de movimiento, planteaba su urgencia de saber cómo organizar, cómo conseguir que la gente se incorpore a los movimientos.
En cuanto a la interrogación: se basaba en la impaciencia; pero no era una impaciencia cualquiera. La compañera se interrogaba sobre la incorporación de la gente a los movimientos de lucha. No a fuerzas electorales, no a asambleas de de alubión congregadas a prisa y corriendo cuyo fin es crear nuevas entidades electorales. No era una reflexión sobre creación de instrumentos electorales y aumento de voto, sino sobre aumento de praxis.
Esto, la incorporación de la gente a la lucha, en primer lugar, la emergencia consiguiente de movimientos, de actividad organizada, no se puede prever, no se puede pronosticar mediante ciencia. Se trata de un cambio de relación hacia la propia praxis por parte de las individualidades. Todo cambio es una irrupción frente a las continuidades, que son las únicas estudiables y que, mientras se dan, admiten el «pronóstico». Si fuese posible el estudio «sociológico» que posibilitara predecir el inicio del activismo, estaríamos ante la posibilidad de la manipulación: manipular desde la astucia otorgada por la investigación para organizar desde el saber poseído por la élite -que se organicen, o que compren jabón Lux, es lo mismo-, como sustituto de la verdadera relación humana entre iguales: la exhortación al hombro con hombro, de igual a igual, para hacer en común, sobre lo que se delibere en común. Hasta aquí, todo lo afirmado, un poco tajante, pero se entiende.
Por supuesto, tanto lo dicho como lo que viene a continuación tiene interés sólo si aceptamos que la verdadera actividad política consiste en la praxis desarrollada desde y sobre la vida cotidiana, mediante la organización democrática y estable de un grupo activo. Praxis que tiene como fin, además de la protesta, la generación de nueva cultura material de vida, la emergencia de una nueva vida cotidiana en común, ahora democrática, que es lo que precisamente construye o caracteriza a un Sujeto social. Democracia como proyecto activo de creación de nueva sustantividad de vida: Democracia Sustantiva -no procedimental-. Y si rechazamos, por el contrario, que la política sea acción/interacción lingüístico comunicativa, giro lingüístico destinado a elaborar programa electoral para las instituciones, y articulación del mismo, en consecuencia, en torno a personajes construidos mediáticamente.
Si aceptamos esa premisa, que era la compartida por la activista leonesa -por la mayoría del pequeño y muy interesante grupo leonés- y por el charlista, sí creo que podemos añadir algo más que puede interpelar a la chica y darle tranquilidad, al menos un poco: que puede responder a la angustia o a la ansiedad que hay por debajo de su pregunta.
Porque se trata, creo, de que, quien se organiza y actúa, se sorprende de la poca compañía que le sigue en el paso que ha dado. Se queda perplejo. Si su paso ha sido inducido por la moralidad que lo espolea a él, a ella en este caso, ¿y la moralidad de los demás? ¿es inmoral y egoísta la gente? ¿cómo es que somos tan pocos individuos los activos?
Dado que debemos actuar, precisamente, desde, y sobre, la vida cotidiana -para transformarla; para que entre todos la autotransformemos; ese es el fin, un ethos, un vivir distinto, o sea, de veras, la revolución-, creo que el activista organizado debe tener paciencia, esto es, esperanza; y para ello le es imprescindible poder registrar toda la moralidad, todo el ser capaz de ocuparse de los demás que existe en la vida cotidiana.
La vida cotidiana de la gente está repleta de un constante «hacerse cargo» de los otros: las gentes se ocupan de sus familias, se ocupan de lo que les sucede a otras personas, de forma completamente desprendida. Tratan de mejorar las condiciones de vida de sus allegados, de sus hijos; los crían, los cuidan. Se desarrolla una generosidad asombrosa, desbordante, hacia la persona que se ama -los enamorados lo saben-, y de qué modo. Se trabaja, y se trabaja para sustentarse; pero con el trabajar, con su consecuencia, su producto, se atiende el sustento de todos los demás: y esto cotidianamente.
Respuesta:
leer la palabra de Dios e ir a la iglesia para experimentar el amor que tiene Dios hacia nosotros
Explicación:
espero y te ayude