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Respuesta:
El término griego historía, derivado del sustantivo hístor (veedor o testigo) y
del verbo historein (ver, conocer, investigar algo por uno mismo, pero también
narrar o atestiguar ante otros lo averiguado), nace en la Grecia antigua para
nombrar un cierto tipo de saber o de conocimiento acerca de los seres y sucesos
del mundo, obtenido mediante la investigación empírica y expuesto mediante la
narración literaria
en la Grecia antigua, el término historía no nombra solo la investigación
y narración de los asuntos humanos, sino también la investigación y narración
de todos los fenómenos que componen la Physis, es decir, el conjunto de la
Naturaleza. Por eso, los discípulos de Aristóteles llamaron Historia de los
animales a la compilación de sus investigaciones zoológicas16
la Historia también ha sido entendida de muy diferentes maneras: como una
epistemología de la historiografía, como una ontología de la historicidad y como
una crítica ético-política del propio presente histórico.
Ahora bien,
el nacimiento de la pólis democrática supone el tránsito de la justicia divina a
la justicia humana, es decir, del mythos como relato del «tiempo de dioses» a la
historía como relato del «tiempo de hombres»6
En otras palabras,
solo es posible lo que Hegel llamó la «historia inmediata», es decir, la crónica del
la crónica del presente más o menos próximo, en la que el historiador es contemporáneo de los
la crónica del presente más o menos próximo, en la que el historiador es contemporáneo de los hechos que investiga y que narra. Y, en efecto, esta es una característica común
de toda la historiografía griega y romana: ambas son «historia inmediata»,
como constatan Momigliano y Châtelet15
Por tanto, el término griego historía era sinónimo de lo que nosotros llamamos
hoy ciencia, pues nombraba todo saber empírico basado en la atestiguación
todo saber empírico basado en la atestiguación sensorial. Ese saber podía ocuparse exclusivamente de los seres y sucesos
todo saber empírico basado en la atestiguación sensorial. Ese saber podía ocuparse exclusivamente de los seres y sucesos humanos, y en tal caso era «historia moral»: el historiador griego Polibio la
llamó pragmatiké historía o «historia de las acciones humanas» realizadas por
los pueblos y sus dirigentes políticos18; en 1769, Voltaire la llamó «historia de
las costumbres»; y, a comienzos del siglo xix, John Stuart Mill la incluyó entre
las «ciencias morales»19. Pero el saber histórico también podía ocuparse de los
seres y sucesos no humanos, y en tal caso era «historia natural», una expresión
que, como ya he dicho, utiliza Platón en el Fedón, que retoma Plinio el Viejo
en su Naturalis Historia y que se mantendrá vigente hasta finales del siglo xviii,
en naturalistas como Buffon o Linneo. Porque la distinción ontológica entre
ambos tipos de seres y de sucesos (y, por tanto, la distinción epistemológica
entre ambos tipos de saberes) no era entendida en la Grecia antigua de forma
dicotómica, al menos no como lo será en la época moderna, especialmente a
partir de Descartes.
Por otro lado, el término historía era sinónimo de lo que nosotros llamamos
hoy relato, es decir, toda composición discursiva en forma de narración
retrospectiva, en la que los sucesos se encadenan siguiendo un cierto orden o
hilo argumenta
Explicación:
6 Vernant, J.-P., Mito y pensamiento en la Grecia antigua, Barcelona, Ariel, 1973; Vidal-
Naquet, P., «Tiempo de dioses y tiempo de hombres», en Formas de pensamiento y formas de
sociedad en el mundo griego. El cazador negro, Barcelona, Península, 1983, pp. 61-85; Detienne,
M., Los maestros de verdad en la Grecia arcaica, prefacio de Vidal-Naquet, P., Madrid, Taurus,
1981; Foucault, M., La verdad y las formas jurídicas, Barcelona, Gedisa, 1980, pp. 35-60.
16 Aristóteles, Investigaciones sobre los animales, ed. de Pallí Bonet, J., intr. de García
Gual, C., rev. de Martín Vázquez, L., Madrid, Gredos, 1992