• Asignatura: Historia
  • Autor: jorgeandresmoises8
  • hace 3 meses

concepto de historia mínimo de 2 autores
Porfaaaaa es para hoy ;v​

Respuestas

Respuesta dada por: hipocloritosodio452
0

Respuesta:

El término griego historía, derivado del sustantivo hístor (veedor o testigo) y

del verbo historein (ver, conocer, investigar algo por uno mismo, pero también

narrar o atestiguar ante otros lo averiguado), nace en la Grecia antigua para

nombrar un cierto tipo de saber o de conocimiento acerca de los seres y sucesos

del mundo, obtenido mediante la investigación empírica y expuesto mediante la

narración literaria

en la Grecia antigua, el término historía no nombra solo la investigación

y narración de los asuntos humanos, sino también la investigación y narración

de todos los fenómenos que componen la Physis, es decir, el conjunto de la

Naturaleza. Por eso, los discípulos de Aristóteles llamaron Historia de los

animales a la compilación de sus investigaciones zoológicas16

la Historia también ha sido entendida de muy diferentes maneras: como una

epistemología de la historiografía, como una ontología de la historicidad y como

una crítica ético-política del propio presente histórico.

Ahora bien,

el nacimiento de la pólis democrática supone el tránsito de la justicia divina a

la justicia humana, es decir, del mythos como relato del «tiempo de dioses» a la

historía como relato del «tiempo de hombres»6

En otras palabras,

solo es posible lo que Hegel llamó la «historia inmediata», es decir, la crónica del

la crónica del presente más o menos próximo, en la que el historiador es contemporáneo de los

la crónica del presente más o menos próximo, en la que el historiador es contemporáneo de los hechos que investiga y que narra. Y, en efecto, esta es una característica común

de toda la historiografía griega y romana: ambas son «historia inmediata»,

como constatan Momigliano y Châtelet15

Por tanto, el término griego historía era sinónimo de lo que nosotros llamamos

hoy ciencia, pues nombraba todo saber empírico basado en la atestiguación

todo saber empírico basado en la atestiguación sensorial. Ese saber podía ocuparse exclusivamente de los seres y sucesos

todo saber empírico basado en la atestiguación sensorial. Ese saber podía ocuparse exclusivamente de los seres y sucesos humanos, y en tal caso era «historia moral»: el historiador griego Polibio la

llamó pragmatiké historía o «historia de las acciones humanas» realizadas por

los pueblos y sus dirigentes políticos18; en 1769, Voltaire la llamó «historia de

las costumbres»; y, a comienzos del siglo xix, John Stuart Mill la incluyó entre

las «ciencias morales»19. Pero el saber histórico también podía ocuparse de los

seres y sucesos no humanos, y en tal caso era «historia natural», una expresión

que, como ya he dicho, utiliza Platón en el Fedón, que retoma Plinio el Viejo

en su Naturalis Historia y que se mantendrá vigente hasta finales del siglo xviii,

en naturalistas como Buffon o Linneo. Porque la distinción ontológica entre

ambos tipos de seres y de sucesos (y, por tanto, la distinción epistemológica

entre ambos tipos de saberes) no era entendida en la Grecia antigua de forma

dicotómica, al menos no como lo será en la época moderna, especialmente a

partir de Descartes.

Por otro lado, el término historía era sinónimo de lo que nosotros llamamos

hoy relato, es decir, toda composición discursiva en forma de narración

retrospectiva, en la que los sucesos se encadenan siguiendo un cierto orden o

hilo argumenta

Explicación:

6 Vernant, J.-P., Mito y pensamiento en la Grecia antigua, Barcelona, Ariel, 1973; Vidal-

Naquet, P., «Tiempo de dioses y tiempo de hombres», en Formas de pensamiento y formas de

sociedad en el mundo griego. El cazador negro, Barcelona, Península, 1983, pp. 61-85; Detienne,

M., Los maestros de verdad en la Grecia arcaica, prefacio de Vidal-Naquet, P., Madrid, Taurus,

1981; Foucault, M., La verdad y las formas jurídicas, Barcelona, Gedisa, 1980, pp. 35-60.

16 Aristóteles, Investigaciones sobre los animales, ed. de Pallí Bonet, J., intr. de García

Gual, C., rev. de Martín Vázquez, L., Madrid, Gredos, 1992

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