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Según la concepción tradicional, dominante en el mundo occidental, la paz es la ausencia de conflictos bélicos entre Estados. Es una concepción negativa de la paz, que pone el énfasis en la ausencia de violencia directa, mediante un apartado militar que garantice el orden, disuada al enemigo y garantice la perpetuación del statu quo.
A partir de las Investigaciones Para la Paz, la paz adquiere se concibe no sólo como ausencia de guerra, sino de todo tipo de violencia. Además de la violencia directa y visible (física o agresión) hay dos formas de violencia invisible: la violencia estructural, como la pobreza, la represión y la alienación que impiden a los seres humanos desarrollar sus potencialidades; y la violencia cultural, que justifica el uso de la violencia directa o la limitación, perpetuada en el tiempo, del ejercicio de sus derechos básicos a una parte de la población.
Así se llega a un nuevo concepto de paz positiva, que supone un nivel reducido de violencia directa y un elevado nivel de justicia y cultura reconciliadora, que persigue la eliminación de la violencia estructural y cultural, al tiempo que se busca la armonía social y el respeto a los derechos de todos así como un modelo de desarrollo sostenible y solidario. Hoy se aspira a la globalización de los derechos humanos y la convivencia y la paz se refieren a todas las dimensiones de la vida: personal, interpersonal, grupal, social, nacional, internacional, etc.
LA PERSPECTIVA CREATIVA DEL CONFLICTOLa concepción dominante considera al conflicto en su sentido negativo, sinónimo de desgracia, problema y no deseable. En el ámbito escolar se percibe como disfunción o patología, situación que es preciso corregir y evitar. En este sentido “un conflicto es la interacción de personas con objetivos incompatibles” .
Galtung aboga por “una perspectiva positiva del conflicto: como un reto; la incompatibilidad de metas es un desafío, tanto intelectual como emocional, para las partes involucradas. Así el conflicto puede enfocarse como una de las fuerzas motivadoras de nuestra existencia, como una causa, un concomitante y consecuencia del cambio, como un elemento tan necesario para la vida social, como el aire para la vida humana”.
En el Libro Vasco de Educación para la Paz se plantea que “el conflicto es consustancial a la vida, es la propia relación entre individualidades diferentes. El conflicto es inherente a la diferencia. En este sentido el conflicto deja de ser algo negativo o positivo en sí mismo. Lo positivo o lo negativo será la forma de su resolución de ese enfrentamiento entre personas distintas”.