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Juan 6:35-40. La Palabra de Dios ... Reflexiones sobre la lectura de hoy ... Que mi vida y mi oración testimonien que yo pertenezco allí donde Tú estés.
Juan 6:35-40
La Palabra de Dios
Jesús les dijo: «Yo soy el pan de vida. El que viene a mí nunca tendrá hambre y el que cree en mí nunca tendrá sed. Sin embargo, como ya les dije, ustedes se niegan a creer aun después de haber visto. Todo lo que el Padre me ha dado vendrá a mí, y yo no rechazaré al que venga a mí, porque yo he bajado del cielo, no para hacer mi voluntad, sino la voluntad del que me ha enviado. Y la voluntad del que me ha enviado es que yo no pierda nada de lo que él me ha dado, sino que lo resucite en el último día. Sí, ésta es la decisión de mi Padre: toda persona que al contemplar al Hijo crea en él, tendrá vida eterna, y yo lo resucitaré en el último día».
Juan 6:35-40
“El que viene a mí nunca tendrá hambre, el que cree en mí nunca tendrá sed”. A menudo hacemos promesas. No siempre las cumplimos, pero es un milagro de gracia si lo hacemos. Con Jesús podemos quedarnos seguros de que será fiel a sus promesas, como la que hizo al final del evangelio de Mateo: “Estaré con ustedes hasta el fin de los tiempos”. Mt.28:20
Muchos de nosotros/as somos afortunados/as de no haber experimentado hambre o sed. Pero puede ser que a veces tampoco experimentemos la sed espiritual de la que habla el Salmo: “O Dios, tú eres mi Dios, tengo ansias de ti, pues tengo sed de ti. Mi ser entero te desea cual tierra árida, sedienta, sin agua”, Salmo 63. Una línea que vale la pena repetir una y otra vez. Al hacerlo, aumenta nuestro deseo de Dios y nuestro corazón se abre para recibir los dones de Dios.