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Fue una noche de martes intensa.
La obscuridad del Salón de Danza era más pronunciada de lo acostumbrado por lo que se hacía complicado adivinar el rumbo que tomaría el Collage del Taller en el Festival Im.Pulso. Pronto los sonidos casi guturales de un instrumento extraño comenzaron a llenar el espacio mientras una figura femenina se perfilaba gracias a una luz apenas perceptible.
Los 22 bailarines del Taller protagonizaron junto a Andrés Solís en la música en vivo varias rondas más o menos sueltas de algunos momentos del repertorio reciente del Taller. Esa noche hubo pinceladas de 11 SEEN, Propitia Sydera, Sprinkled Spice, La Migration de l’amour, La Sulamita, JN 14:6 , Detrás del sol, Alto Giove, Quizá esta vez… todas bailadas las últimas dos temporadas de la compañía universitaria.
Hubo la magia en los recovecos donde Diego (Vázquez… Nuestro director artístico) y Sarah (Matry-Guerre, asistente de dirección) sugirieron a los bailarines crear en el momento. Como la música que Andrés Solís iba proponiendo en el momento sobre un guión más o menos establecido, la dirección pidió a los bailarines permitirse experimentar fuera de los límites de lo conocido. El resultado nos dejó a más de uno con los sentimientos a flor de piel. Incluso la coreógrafa invitada de la #temporada102 Faizah Grootens nos convidó un par de movimientos a lado de Sarah y Alfredo Tame. Igualmente memorable fue ver a la compañía completa bailar en algún momento, todos juntos como un solo ente; perturbador pero fascinante.
Una noche intensa de un ejercicio diferente que proyecta el futuro del Taller, uno donde la creatividad no cesa ni deja de hacer eco en la tradición que lo sostiene.
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