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Londres es una ciudad para perderse, para recorrer sin prisa o para sumergirse en el bullicio. La moneda es la libra esterlina (pound), que se divide en 100 peniques (pence) o 20 chelines. Para llamar por teléfono, la tarifa reducida va de las 20h a las 8h. Aunque no llueve tanto como indica el tópico, es una buena idea tener un paraguas plegable a mano.
Londres es una ciudad de museos, de parques, de palacios, de mercadillos y de grandes edificios de oficinas. Sería simplificar el hecho de hablar solamente del colorido que hay en el mercado de Portobello, de la riqueza histórica contenida en el Museo Británico, del bullicio de Picadilly, o de la paz de los jardines de Kensington y Hyde Park... Londres es una ciudad compleja en la cual todo cabe.
Una de las grandes ventajas de Londres es que se puede recorrer por partes, gracias a unos transportes bien organizados y muy completos. Tomando el metro, el viajero puede organizar sus rutas diarias, cubriendo toda la ciudad por etapas. En este sentido, es muy práctico contar con una guía (o, simplemente, un callejero), para no pasar por alto nada de lo que se considera imprescindible... pero también puede dejarse sorprender por la ciudad, dejándose caer por casi cualquier zona y paseando, a ver qué descubre. De todos modos, uina vez allí, se puede conseguir una amplia información general y cultural en las oficinas turísticas de la ciudad (Tourist Information Centre, British Travel Centre o London Tourist Board). También vale la pena informarse sobre las exposiciones rotatorias de los museos y sobre los espectáculos ofrecidos en los teatros: asistir a una representación en el Royal Opera House puede ser una experiencia inolvidable... ¡y hay unos 50 teatros en la ciudad!.