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Aún hay quienes dicen que formar empresa es muy difícil, pero si conocieran que Colchones El Dorado que planea cerrar el año con ingresos operacionales superiores a $35.000 millones, fue fundada con $35 pesos en un pequeño taller en Bogotá, cambiarían de parecer.
En 1957, Gumercindo Gómez, después de varios despidos, y probar suerte en otras empresas buscando que le pagaran $12 al día, se fijó en el trabajo de confeccionar colchones y tras una alianza con un antiguo jefe emprendió la fábrica de la que hoy es presidente, que tiene 49 locales, 230 empleados y planes de expansión internacional.
Este hombre de trabajo, formado a pulso a base de aspiraciones y movidas estratégicas, dijo a LR cinco lecciones empresariales que usó en su vida para ser exitoso y seguir siendo competitivo en el negocio de colchones.