Según lo narrado en el texto anterior, se puede inferir que la madre de Juana
A. Amaba a Juana desde el mismo vientre
B. Odiaba al padre de Juana
C. No aceptó a Juana por no ser como las niñas de las revistas extranjeras
D. Valora la belleza del cabello y los ojos de Juana.
¿Recuerdas Juana?
Te conozco, Juana. Te conozco bien desde que viniste al mundo aquel día de agosto. Eras
pequeña y feíta como casi todos los recién nacidos; por eso tu madre esperó:
Te transformarías en una rubia de ojos claros como las niñas de las revistas extranjeras. Sin
embargo, el tiempo sólo acentuó tus rasgos: cabello y ojos negros y una piel oscura y tersa que
brilla como la madera fina, pero que hacía llorar de vergüenza a tu madre cuando iban a
visitarte. (...)
Tu padre se volvía loco por ti y al mirar tu piel de arcilla, sentía que reparabas con su color los
agravios hechos a sus viejos, por la arrogancia de tu familia materna. Temprano te llegó ese
amor y antes de que las palabras te sirvieran para pedir dulces, las enlazabas a medias. (...)
Helena Iriarte (Fragmento)
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La respuesta es la D. valoraba la belleza del cabello y los ojos de Juana.
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