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Respuesta:
4. ¿Qué hizo el Estado en la década de 1990?
El principal logro en 1990 fue, sin duda, la notable
mejoría de las expectativas del público sobre la evolución de la
economía mexicana en el mediano y largo plazos. Esta mejoría fue
el factor determinante del comportamiento de las principales
variables económicas y financieras. El clima de confianza propició
considerables entradas de capital privado, una importante
acumulación de reservas internacionales, disminuciones
pronunciadas de las tasas de interés internas, tanto reales como
nominales, alto crecimiento de la intermediación financiera,
aumento significativo de la inversión total y un ritmo relativamente
elevado de crecimiento de la actividad económica. Estos avances
fueron posibles gracias a las medidas de política económica
adoptadas en el año, medidas congruentes con la estrategia de
crecimiento seguida durante los últimos años, cuya aplicación se ha
intensificado en la presente Administración.
La estabilidad de los precios y el aumento continuo de la
inversión siguen siendo objetivos prioritarios de la política
económica. Además, la actual Administración ha decidido
enriquecer las metas de la estrategia económica otorgando una
atención notablemente mayor que en el pasado al fortalecimiento
de la eficiencia del aparato productivo. Para lograr estos objetivos
ha tenido que actuar en diversos frentes, entre los que cabe destacar
los siguientes: la redefinición de la participación del estado en la
economía; un papel más significativo de los mercados en la
asignación de los recursos económicos; la apertura de la economía
a la competencia del exterior y la concertación social. Esta, como
se sabe, ha permitido conciliar las aspiraciones de los distintos
grupos, propiciando actitudes responsables que facilitan la
adopción de acuerdos y políticas. Asimismo, fue necesario lograr
una renegociación adecuada de la deuda pública externa para
ampliar la disponibilidad de recursos para la inversión.
La importancia de redefinir la participación estatal en la
economía responde a razones fundamentales: el tamaño del sector
público y el estado de sus cuentas financieras inciden de manera
fundamental en la estabilización de los precios y en la efectividad
de las medidas de cambio estructural. Al respecto, mucho se ha
avanzado en el saneamiento de las finanzas públicas. En los
últimos nueve años se ha conseguido una mejoría del llamado
"balance primario" del sector público equivalente a 16 puntos
porcentuales del PIB.
Para lograr una mayor eficiencia general de la economía
se ha dado un papel cada vez más relevante a los mercados en la
asignación de los recursos. Esto se ha conseguido por dos caminos:
por un lado, a través de la menor participación del estado como
propietario de empresas, que en muchos casos se habían vuelto
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