Aquel anciano sacerdote nunca dejaba de preguntar y nunca
dejaba de aprender. Cada vez sabía más y cada vez parecía más
pesimista para predicar. La vida le había llenado de
conocimientos y le había llenado de prudencia. El silencio, la
moderación, son también sabiduría. Cuando era joven y
revolucionario, solía repetir: “pedí a Dios que me diera fuerzas
para cambiar el mundo. Multitudes de fieles me escucharon. Con
el tiempo me di cuenta que no había cambiado a nadie y empecé
a pedir fuerzas para transformar al menos a los más cercanos.
Ya no asistían tantos a la Iglesia. Llegue a viejo y me di cuenta
de que las palabras no eran suficientes”. Hoy solo pido a Dios la
gracia de cambiarme a mí mismo y veo que son muy pocos los
que me escuchan. Pero yo, ojala hubiera pensado siempre así.
Dios se ha pasado toda mi vida pidiéndome que me deje cambiar
para poder cambiar a los demás. ¿Cuáles valores se nombran en el texto?
Respuestas
Respuesta dada por:
1
Respuesta:
aprender conocer a dios tener fuerzas creo espero te sirva
estammoralesm60:
gracias
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