• Asignatura: Castellano
  • Autor: benjaminhigareda5
  • hace 8 meses

3 textos narrativos ​

Respuestas

Respuesta dada por: lizbetharaceligreve
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1.DON LALO

En un pueblo lejano vivía un señor que tenía una tienda. Se llamaba don Lalo y tenía muy mal genio.

Cuando un niño iba a comprar caramelos o galletas, se los aventaba, le gritaba y le daba lo que él quería y el niño no podía reclamar nada.

Por eso, a los niños no les gustaba que sus mamás los mandaran a comprar a la tienda de don Lalo; siempre les daba menos de lo que pedían y luego sus mamás los regañaban.

Un día varios niños del pueblo fueron a jugar al río y vieron que un viejito se estaba ahogando; lo salvaron entre todos y el viejito les dio las gracias y les dijo que por ser tan buenos niños les iba a conceder un deseo, el que ellos le pidieran.

Los niños le contaron lo que sucedía con don Lalo y le pidieron al viejito que le quitara el mal genio. Éste les dijo que ya no se preocuparan, que desde ese momento don Lalo siempre iba a estar de buen humor.

Y así fue; desde ese día, cuando los niños iban a comprar a la tienda de don Lalo él siempre los trataba muy bien y hasta les regalaba dulces o les daba más de lo que ellos le pedían.

Cuando los niños buscaron al viejito para darle las gracias ya no lo encontraron; pero siempre lo recordaron por haberles concedido su deseo.

2. EL DUENDECILLO

Un día un duendecillo pasó delante de una cueva vieja y oscura.

De pronto, algo estalló en la cueva; el duendecillo saltó, se le salieron sus zapatos y se echó a correr.

De repente escuchó unos pasos detrás de él: —me siguen— pensó y corrió más rápido. Vio a lo lejos un árbol con el tronco hueco y se le ocurrió esconderse allí.

Cuando llegó al árbol, se metió y esperó un rato; seguía oyendo los pasos.

El duendecillo se animó a asomarse, ¡eran sus zapatos!

Salió del tronco, se puso sus zapatos y se fue riendo de lo que le había pasado.

3. EL PERRO AMBICIOSO

Iba un día un perro por la calle, cuando se encontró en el suelo un hermoso pedazo de carne; rápidamente lo agarró entre sus dientes y se alejó corriendo para comérselo tranquilo.

Al pasar por el río, vio un trozo de carne que parecía flotar en el agua. Entonces pensó: “Yo me creía afortunado por haber encontrado el trozo de carne que llevo en la boca, pero ahí, en el agua, hay un pedazo mucho mejor y más grande que el mío... ¿Por qué tengo que conformarme con éste?”

El perro abrió la boca para coger la carne que veía en el agua y, naturalmente, se le cayó el verdadero trozo de carne y se hundió en el río. Por ambicioso se quedó sin comer.

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