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Respuesta:
Para que exista un reencuentro, tiene que haber antes algún tipo de separación o distanciamiento. Supongamos que dos jóvenes se crían juntos en Uruguay hasta que uno de ellos, cuando cumple los 14 años, emigra con su familia a Alemania. Diez años más tarde, regresa a su tierra natal y se vuelve a ver con su amigo de la infancia. Entonces se produce el reencuentro de ambos.
El reencuentro no tiene por qué producirse de manera voluntaria, o al menos no como resultado de la voluntad de todas las partes involucradas. Por un lado, puede ocurrir simplemente por casualidad, un día en el cual todos se hallan en el mismo punto geográfico a la misma hora; esto, a su vez, puede derivar en un momento alegre, tenso o triste, entre otras posibilidades, según los deseos que cada uno tenga de ver a los demás.
Pero, además del caso en el cual todos los individuos que han dejado de verse intentan que se produzca el reencuentro, también existe la posibilidad de que uno de ellos haga lo posible por evitarlo o que simplemente ignore la situación y se mantenga a un lado. Un reencuentro en el cual no todos están felices de ver a los demás puede resultar muy desagradable y acentuar las razones que provocaron el distanciamiento en un primer momento, o bien convertirse en una oportunidad inesperada para resolver las diferencias y restaurar la relación.
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