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En efecto, el primer conflicto se inicia cerca del 24 de febrero de 1296. Felipe “El Hermoso” decreta impuestos al Clero. Y en respuesta a ello en esa fecha, el Papa Bonifacio VIII lanza la bula Clericis laicos, en la cual prohíbe fijar impuestos seculares al clero. “Todavía en la etapa inicial de su pontificado, Bonifacio tuvo que hacer frente a crisis en distintos frentes. Cuando en su bula “Clericis laicos” (1296) prohibió fijar impuestos seculares al clero”.
Como réplica a esa situación, se estipula que antes del 18 de agosto de 1296. Felipe IV prohíbe la exportación de oro y plata de Francia. Cortando así las recaudaciones papales. “Sus intentos para detener la guerra entre Inglaterra y Francia provocaron la animadversión de Felipe IV, prohibió la exportación de dinero por parte del clero francés”
Lo anterior refleja el siguiente golpe que da Felipe El Hermoso al dar esa prohibición que paraliza a Francia en la exportación. Implica que no se puede salir de Francia monedas. Es decir, el Vaticano es afectado económicamente. Francia es sumamente grande y rica, su aporte es de gran importancia. Lo cual debilita al Papa Bonifacio VIII.
“Posteriormente, el 7 de febrero de 1297. En la bula “Romana mater”, Bonifacio suspende ampliamente Clericis laicos para Francia.” En el ínterin, los obispos de Francia escribieron a Bonifacio VIII pidiéndole que autorizara al monarca el establecimiento de un diezmo sobre las iglesias. El clero comprendió que no podía abstenerse de contribuir a la defensa del país.
A Bonifacio no le gusta que le contradigan porque el Papa es considerado intocable. Entonces, esto fue una “burla” al no lograr su objetivo. Esta decisión debe permitir la contribución del grupo eclesiástico. Al final, se da una especie de maquillar ese intento del Papa por exonerar un financiamiento hacia Francia y los demás países. Este fenómeno representa la primera humillación a Bonifacio como figura de Papa. Felipe se dedica decirle a su papado que “usted no es nadie como para hacer tan tremendo atropello en el poder”.
No obstante, otro ataque entre la Iglesia y Estado se manifiesta entre marzo y junio de 1298. Cuando Bonifacio arbitra la guerra flamenca de Felipe, pero se le permite hacerlo solo cuando Benedicto Gaetani, en calidad de persona privada. Su decisión favorece a Francia. “En el año de 1298 la mediación de Bonifacio en una disputa entre Eduardo I de Inglaterra y Felipe IV fue aceptada solo con la condición de que el Papa actuara como persona privada.”